“Ese AVRO había tenido un accidente en Aeroparque”

Agustín Pérez fue perseguido y sospechoso de la Fuerza Aérea

NEUQUÉN (AN).- “Ese AVRO había tenido un accidente en Aeroparque y los ingleses vinieron y arreglaron todo lo que estaba doblado y lo demás lo dejaron así. El ala llegó hasta el límite de la fatiga y no se comportó como antes, la célula no aguantaba 90.000 horas, sino 20.000 horas y gracias”. Agustín Pérez era uno de los tres pilotos de los aviones AVRO de YPF, los otros dos fallecieron en el accidente. A sus 75 años recuerda aquellos días y la necesidad de contención psicológica a la que debió concurrir cuando un mes después en un hangar de Aerolíneas en Buenos Aires, por casualidad, vio el ala del avión carbonizada. “Tuve que hacer dos vuelos más y quedé con una neurosis de vuelo terrible y fui a Bahía Blanca a ver al psiquiatra que atiende a los pilotos y él me dijo que no solo yo debía ir sino todos porque era un trauma terrible, lo fui superando, vine, volé”, dijo. Conocía a todos los que murieron. Un mes después del accidente por casualidad se lo llevó al hangar “y cuando se abrió vi que estaba el ala del avión AVRO y levanté la vista y Norberto Fernández, el que me llevó, me dice estás mirando todas estas chapas de carbón y ahí lloré a más no poder”. Contó que si bien no recibió represalias directas porque tenía esa información previa al accidente pero “me seguían a todos lados, inclusive cuando fui a declarar para que no dijera todo lo que sabía”. Pérez era piloto de Austral y de Aerolíneas, hasta que un capitán le propuso trasladarlo a Huincul porque no había ningún piloto de línea aérea. Nativo de Ingeniero White, atravesó una situación de divorcio y entonces se planteó comenzar de cero en otro lugar. Aceptó el desafío. Después del accidente “hicimos como 60 pistas, todas bien habilitadas por el comando el jefe de la fuerza aérea, pusimos radiofaro en Cutral Co, cerca de Tartagal, otro radiofaro en Rincón de los Sauces”. “Cuando cae un avión hay gente de muchos sitios del mundo, pero acá había gente de dos pueblos de 50.000 habitantes entonces eran hermanos, parientes, amigos y dolió mucho, hizo mucho daño”, contó.