España profundiza su crisis

En medio de los rumores de la salida de Grecia, Rajoy lucha por evitar una corrida, recuperar liquidez y salir de la recesión.

Tiempos difíciles para el viejo continente

Una semana para recordar. Rumores sobre corralitos en Europa, caída de los depósitos bancarios en Grecia y su casi seguro abandono de la Unión Europea, fuga de capitales de países de la periferia hacia Alemania, la nacionalización parcial de la entidad española BFA-Bankia y la rebaja de la calificación a bancos italianos primero y luego a españoles. En el mercado bursátil, a la peor semana del año de las bolsas europeas se suman también las pérdidas en Asia. Sin duda el mercado global está atravesando días claves desde que se inició la crisis y se encuentra probablemente en su momento más vulnerable desde Lehman Brothers en el 2008. Pero sería injusto no decir que la fragilidad sistémica en el sector bancario europeo es anterior a la crisis fiscal griega y que tal vez nunca se recuperó totalmente de la crisis subprime en 2007/2008. Los problemas no cesan Si se analizan las últimas tres semanas se descubre que las dificultades para España no terminan. El desempleo alcanza a 5,6 millones de personas, lo que constituye un valor histórico. Las agencias de rating crediticio les rebajaron la nota a los bonos soberanos y a los bancos. El mercado no tardó tampoco en responder a la situación que vive la economía. Tanto es así que los valores del IBEX (Bolsa de Madrid) han descendido a niveles de mediados del 2003. Y, por si faltaba algo, a raíz de la nacionalización de Bankia, uno de los cuatro principales bancos de España, apareció una especie de pánico bancario profundizado por la reducción de la calificación de 16 entidades bancarias del país ibérico, algunos de ellos, como el Santander y el BBVA, con una presencia importante en América Latina. Aquí vale recordar que las agencias de rating muchas veces corren por detrás al igual que algunas firmas de auditoría (el caso de Arthur Andersen y el fraude de Enron en Estados Unidos). De todas maneras, surge la pregunta acerca de si tiene España suficiente dinero para sostener a sus bancos. Más allá de la estrategia que se adopte, que puede ir desde emplear recursos soberanos hasta un fondo de garantía de depósitos, pasando por una nueva inyección de liquidez al sistema bancario español desde algún país central o todos juntos a través del Banco Central Europeo, lo importante es que debe emprenderse una acción lo antes posible. Es primordial para el gobierno de Rajoy reforzar la confianza de las entidades financieras, en parte también porque si Grecia sale finalmente del euro el pánico bancario se podría extender rápidamente a las economías más debilitadas de Europa, entre ellas España e Italia. Otro de los incentivos a solucionar la crisis de liquidez es que se lograría evitar un ahondamiento de la recesión económica. En este sentido, autoridades españolas salieron a decir que el país no enfrenta un problema de liquidez ni está manejando la posibilidad de una corrida bancaria. Si bien a muchos ciudadanos europeos los eventos de las últimas semanas pueden resultarles extraordinarios, para cualquier argentino con algunas décadas vividas podrían ser señales de que se está gestando una situación con una dinámica explosiva. Por esto es que Europa debe reaccionar y rápido. Y la respuesta debe surgir de una coordinación de los líderes europeos, pensando no sólo en solucionar la coyuntura sino también en diseñar políticas para la cohesión de la Unión Europea que de algún modo consideren un crecimiento más equitativo y solidario. No alcanza con una unión monetaria. (Redacción Central)


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