España saldó una deuda luego de 52 años

Con una victoria ante Eslovenia volvió a triunfar en un debut mundialista y, además, se instaló solo al frente del grupo.

España se apoderó momentáneamente del primer lugar en el grupo B al superar a su par de Eslovenia por 3-1.

De la misma manera que el triunfo le alcanzó a los orientados por José Antonio Camacho para pasar a liderar la zona con tres puntos, también fue útil para que una representación hispana obtuviera una victoria en su encuentro inaugural de Copa del Mundo, tras 52 años.

De hecho, el anterior éxito español en un cotejo debut de certamen ecuménico databa de Brasil 1950, cuando superó por aquel entonces a Estados Unidos, por idéntico tanteador al de ayer.

Después de una media hora inicial en la que Eslovenia exhibió una mejor predisposición para jugar asociadamente, la formación favorita de la llave comenzó a erigirse en protagonista absoluta, a partir de que Juan Carlos Valerón tomó las riendas en la mitad de la cancha. La inteligente disposición de Valerón más la ubicuidad de Javier De Pedro fue suficiente para desarticular a una defensa balcánica que ya no lucía firme.

Y para colmo de los eslovenos, su estrella Zahovic mostraba demasiadas intermitencias, no se hacía amigo de la pelota y fracasaba en su intento de conducir. Así, todo se le hizo cuesta arriba a los orientados por Katanec.

España necesitaba un gol para tranquilizarse y lo consiguió a los 44 minutos, cuando Raúl metió un zurdazo al borde del área y superó la estirada del arquero.

Con la ventaja a su favor, España reguló el ritmo, le entregó la pelota al rival y apeló al contraataque como arma para liquidar el pleito.

Y no estar «fino» en la definición le impidió sentenciar el éxito mucho tiempo antes, razón por la que tuvo que esperar hasta los 29 minutos del complemento, cuando Valerón ingresó por el costado derecho del área y remató cruzado para poner el 2-0.

Una pequeña sensación de incertidumbre invadió al campamento español (otra versión de «Nosotros y los miedos») a los 36, cuando Cimirotic estableció el descuento con disparo bajo.

Pero el árbitro Mohamed Guezzaz le tendió una mano y sancionó penal a los 41 en una normal entrada de Gajser sobre Morientes, para que Hierro pusiera el definitivo 3-1.

Camacho hace la suya

José Antonio Camacho destacó tras la victoria que ya no le importa «lo que diga o haga» José Luis Chilavert.

«A nosotros no nos importa lo que diga o haga Chilavert. Imagino que él intentará agarrar todos los balones que nosotros disparemos, pero más allá de eso, me tiene sin cuidado lo que él manifieste», remarcó el técnico español.

La referencia polémica en torno al arquero tuvo origen en declaraciones del propio paraguayo, quien relativizó el buen funcionamiento del seleccionado español y manifestó que «España no puede ser mejor equipo que Paraguay si en la clasificación para el Mundial tuvo como adversarios a Andorra, Islas Feroe o Malta», entre otros.

Chilavert cargó sus dardos hacia el seleccionado español y en reiteradas ocasiones expresó sus deseos de hacerle un gol a Cañizares, «un portero mediocre» del combinado hispano.

Las bravuconadas del arquero no inquietan demasiado al capitán español, Fernando Hierro, quien dijo suelto de cuerpo: «Estamos preparados para enfrentarnos a un equipo difícil, no a una persona en particular». «Chilavert no nos preocupa individualmente. Lo que pueda decir nos tiene sin cuidado», enfatizó el defensor, autor ayer del tercer tanto de su equipo. (Télam).

Los paraguayos se empataron solos

Paraguay, o mejor dicho su conservador entrenador Césare Maldini, dejó escapar un triunfo seguro en su debut mundialista logrando apenas un empate en dos goles ante Sudáfrica después de ir ganando 2-0.

Ante 25.000 espectadores que apenas cubrieron las dos terceras partes del estadio, Paraguay mostró un juego muy sólido, controló el partido y se adelantó en el marcador con goles de Santa Cruz, de cabeza a los 39 minutos del primer tiempo, y de Francisco «Chiqui» Arce, con un soberbio tiro libre, a los 10″ del segundo período.

Sin embargo Sudáfrica logró remontar el partido a fuerza de coraje y voluntad más que de buen fútbol, descontando con un gol en contra de Struway, que desvió un remate de Mokoena descolocando al arquero Ricardo Tavarelli, quien ocupó la valla por la sanción que debe cumplir José Luis Chilavert, quien tras festejar ruidosamente los dos goles de sus compañeros, se derrumbó cuando llegó el empate.

Cuando el partido expiraba y todo parecía indicar que Paraguay iba a rescatar un apretado triunfo, en el último minuto el árbitro Lubos señaló un dudoso penal por supuesta falta de Tavarelli sobre el delantero Sibusiso Zuma. La ejecución fue del veterano Quinton Fortune, que en sus 40 partidos con su seleccionado nunca había marcado un tanto.

El conjunto de Cesare Maldini, a instancias suyas, dejó que se le complicara el partido a partir del segundo gol, cuando se replegó y entregó el mediocampo por completo a su rival, en una especulación mezquina que dejó solo a Roque Santa Cruz para la contra.

Para oxigenar el mediocampo el italiano hizo el recambio de Gavilán por Alvarenga y poco después de Morínigo por Campos, con lo que logró estabilizar parcialmente los ataques sudafricanos, hasta que llegó el fatídico minuto 90 y todo se le vino abajo. Porque el «catenaccio» hace rato que desapareció, aunque Maldini no lo advirtiera.


España se apoderó momentáneamente del primer lugar en el grupo B al superar a su par de Eslovenia por 3-1.

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