De museo tradicional a espacio de puertas abiertas

Fernández Oro tiene, desde mediados del año pasado, un lugar pensado para que la comunidad participe: el MEC. A las salas de arte, de historia regional y de ciencias se suman propuestas culturales, talleres, cine y conciertos, en la estación del tren.

Estaba cerrado desde hacía años cuando, a fines del 2015, se designó a la historiadora del arte Carmen Di Prinzio a cargo de lo que en ese entonces era, abandonado, olvidado, el Museo Doña Lucinda. “Fue como abrir una casa vieja y que esté todo como había estado montado veinte años atrás. Era bastante escalofriante pero a la vez de mucha emoción… es el sueño del pibe que te den la llave de un museo cerrado”, relata Carmen.

Y así comenzó, sola. Tras dos meses silenciosos de observar, inventariar, diagnosticar, en febrero del 2016 abrió la sala de arte, “como para empezar a tener visibilidad y que la comunidad se relacione nuevamente con el espacio”, explica. “Ahí fue apareciendo gente, fuimos armando la asociación y, de a poco, se fue proyectando esta idea del MEC”.

Un museo regional distinto

El ahora Museo Estación Cultural Lucinda Larrosa-MEC conserva el edificio, las colecciones, pero ha desarrollado una lógica particular que lo distingue de los museos regionales tradicionales.

Explica la directora que “desde un principio el proyecto fue capitalizar esas colecciones, ese museo, pero resignificarlo y trabajarlo desde otro lugar que tiene que ver con esto de generar experiencias, con hacer un museo vivo… no que la gente venga visitar objetos encerrados en una vitrina, que están así por siempre. Por eso buscamos excusas, a través de la programación, para que la gente vuelva”.

Y parece que sucede. Porque durante estos casi dos años han manejado una programación lo suficientemente amplia como para atraer a públicos distintos. “Es un trabajo lento, como todos proceso cultural, pero que va trayendo sus frutos”, dice Carmen. Además recuperaron los circuitos de visitas escolares, ya que para cada proyecto o muestra se diseña una actividad concreta con la comunidad escolar para los distintos niveles.

Las exposiciones

Cada muestra tiene una impronta particular que parte de las premisas de que nada es estático, que la mirada del espectador construye, que el presente es el punto de partida, que el espacio está vivo y hay que vestirlo y desvestirlo permanentemente según la temática y lo que se quiera decir. “Es más costoso, requiere de mucho más trabajo y esfuerzo, de ideas y gente pensando, pero es la apuesta que queremos hacer”, señalan desde el MEC.

Y así este año han pasado desde un ciclo de cine documental a una reconstrucción de la historia del club local, talleres vinculados a la memoria y los derechos humanos a través del arte, conversatorios, exposiciones de fotografías, espectáculos musicales. Además, por supuesto, de la historia de Fernández Oro, “con el objetivo de fortalecer aquello que conforma las identidades de la ciudad”, destacan.

El museo puede visitarse por la mañana, de martes a viernes de 9 a 13 y viernes y sábado de 16 a 19.

Pensamiento crítico

Pero no todo es armar y desarmar. En el hall de entrada, “Desmontaje” está como obra de sitio específico desde su inauguración en septiembre del 2016. “Ya es una marca”, dice Carmen. “Habla de nuestro posicionamiento crítico y político respecto de esos modos de narrar”. Y, por supuesto, del proceso de resignificación cultural que se quiere dar al museo.

¿Qué tiene de particular “Desmontaje”? Que es precisamente eso, el desmontaje de la colección de fotografías que estaban originalmente y que referían a la conquista del desierto. Pero, con la intervención de un grupo de artistas y antropólogos, “se tomó la decisión de trabajar a partir de la huella como recurso poético, retirando la imagen de la pared pero dejando el espacio que había sido ocupado por ella y el epígrafe que la acompañaba”.

Talleres que ofrece el MEC

No todo son muestras. Entre las actividades que se hacen en el museo hay talleres que recuperan oficios, que tienen la particularidad de ser dictados por artistas que utilizan estas técnicas como medio de expresión. Este año se realizaron bordado artesanal, grabado y arte impreso, cianotipia y plegado ornamental. Y se prevé que continúen durante el 2018, además de agregar un taller de encuadernación.

Cómo funciona la institución

Articula funciones de museo, de centro cultural y de investigación tanto artística como científica.

La Universidad Nacional de Río Negro forma parte activa en los equipos interdisciplinarios.

Se reflotó la Asociación MEC, que incorpora como socios consultores a un arquitecto, un técnico, un historiador, un antropólogo y un diseñador.

Tiene un área de reserva con materiales de estudio, como un espacio de trabajo, para promover la investigación.

Algunas muestras que pasaron

“Memorias de una pasión” (septiembre del 2016). Sobre el Club Fernández Oro, con motivo de su aniversario.

“Miradas de Oro” (mayo del 2017). La historia de la ciudad contada a partir de la memoria oral de los viejos vecinos y los archivos fotográficos.

“Daniel Astete. El fotógrafo” (septiembre de 2017). Material vinculado a eventos sociales locales de quien fuera, durante muchísimos años, el único fotógrafo de Oro.

“Pueblos originarios: dos miradas” (octubre del 2017). Con actividades relacionadas al mes de la diversidad cultural.

Datos

El museo puede visitarse por la mañana, de martes a viernes de 9 a 13 y viernes y sábado de 16 a 19.

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