El amor por la música popular se volvió diploma: así lo vivió Silvio, el primer egresado de la Licenciatura del IUPA

“Junto al sauce aquel, yo también llore”, cantaba Silvio Accinelli hace unos días, desde el escenario del Teatro “La Hormiga Circular”, de Villa Regina. Con él y sus músicos, la danza y la pintura fluían, acompañando la melodía. Esa noche tampoco faltó la poesía. Es que no era un show más, sino el paso necesario para convertirse en el primer egresado de la Licenciatura en Música Popular, que dicta el Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA).

Mientras compartía su obra con la familia, los amigos y el público en general, también concretaba la audición y defensa de su trabajo final, que implicó la gestión, producción y realización de un concierto abierto a la comunidad. Eligió titularlo «La música patagónica” y le valió las felicitaciones y el orgullo de su entorno, que valoró los años invertidos en esta formación y el talento de este roquense instalado en “La Perla del Valle”.

“Pasó algo que no pasa todos los días, o casi nunca, por estos lares, ¡composiciones propias y patagónicas o sea de nuestra tierra!”, le reconoció su amigo y compañero Miguel Rojas, en Facebook, entre tantos otros saludos. Recordó su trayectoria con “Chesare”, junto a la banda de Natalia Joubert en Cosquín (2012) y la participación actual en «Accinelli Rojas Dúo». También como docente en el coro de la Escuela Especial de Chichinales.

“Era una licenciatura que se estaba esperando»

Mucha agua bajo el puente cruzó desde aquella primera presentación, a los 15 años, en una Fiesta de la Primavera en Godoy, donde Silvio vivía. Desde entonces toca piano, guitarra, bajo, armónica y también canta. Con ese camino recorrido, en 2018, la carrera lo encontró con buenas bases, pero con la expectativa de aprender más.

“Yo fui de la primera camada que se anotó”, recuerda, “era una licenciatura que se estaba esperando, que se hizo desear mucho, porque estaba en otros lugares del país, pero la verdad que hacía falta en el IUPA… y bueno, esos conocimientos hicieron que todo fuera muy ameno”.

En este espectáculo especial lo acompañaron Karina Vallejos en teclados, acordeón y voz, Juan Muñoz en bajo y Cristian Vallejos en percusión y coros. El repertorio mostró canciones inéditas en géneros como folklore, blues, cumbia y funk.

“Cumplió el doble propósito de endulzar los oídos de los/as espectadores con música de nuestra tierra, al mismo tiempo que llevó adelante la audición para obtener su título (…) Nos sentimos orgullosos/as y gratificados/as por la elección que hizo Silvio de nuestra sala 1, para coronar su esfuerzo de años de estudio. Hoy compartimos su satisfacción”, manifestaron desde la Cooperativa teatral.

Mezclar pasado y presente

En lo que a identidad se refiere, Silvio evita encasillarse, para dar lugar a todos esos géneros que le atraen y desde ahí, encontrar su mirada personal. “Cuando se mezcla el regionalismo con la impronta de cada uno”, opina, “pueden salir cosas muy originales. En el concierto, por ejemplo, lo que hice fue mezclar el kaani (folclore patagónico) con el trap, algo que acá en Regina están haciendo los chicos en las calles, con las guitarras y celulares para hacer esas bases de beat, y es lo nuevo que se está imponiendo. Entonces lo que yo hago ahí es mezclar esas cosas del pasado y presente de la región”.

Ahora, lejos de relajarse con el diploma bajo el brazo, tiene las expectativas puestas en dos cosas: conocer los trabajos que defenderán otros compañeros de carrera y un nuevo horizonte para difundir su obra. “Hay mucho por investigar, para poder recorrer los temas y mostrarlos”, propone. Y en ese sentido, anticipa que en breve se mudará con su familia a España.