Espiar un Facebook o Twitter ajeno es delito federal

Para la Corte Suprema de Justicia revisar conversaciones es como leer mails de otra persona. Lo resolvió en el caso de una mujer que denunció a su ex marido por espía.

NO LO HAGAS NUNCA

La Corte Suprema de Justicia de la Nación considera que es un delito federal revisar conversaciones ajenas a través de las redes sociales, celular o mails, a partir de la denuncia de una mujer contra su ex marido, quien espió sus chats privados en Facebook sin su permiso.

El máximo tribunal falló así luego de que la demanda de la mujer generara una controversia en el ámbito judicial: no se sabía si el caso tenía que ser resuelto por el fuero contravencional local o por el fuero penal federal porque los magistrados correspondientes se declararon incompetentes.

A partir del fallo de la Corte, con fecha del 24 de junio pasado y publicado horas atrás, será el fuero penal federal el encargado de investigar estas denuncias, lo que puede llegar a ser condenado con prisión de entre 15 días a 6 meses —una pena excarcelable—, aunque puede extenderse a un año si se prueba que el autor le da difusión al contenido a través de un tercero.

El acceso a la red social Facebook y a la cuenta de correo, así como a los mensajes en los celulares, se da través de los servicios de telecomunicaciones que son “de interés de la Nación”, dijo el alto tribunal. Por eso se considera un delito federal revisar las conversaciones privadas.

La denuncia de “J.G.I.” contra “S.D.” —tal como se identificó a los involucrados en el expediente— abrió la controversia entre los titulares del juzgado en lo penal, contravencional y de faltas número 8 de la ciudad de Buenos Aires y el juzgado nacional en lo criminal y correccional Federal 3.

Para el tribunal, revisar las conversaciones privadas de las redes es como leer mails ajenos. “Atento que las cuentas de correo electrónico y de Facebook constituyen una ‘comunicación electrónica’ o ‘dato informático de acceso restringido’, en los términos de los artículos 153 y 153 bis del Código Penal, según la ley 26.388, cuyo acceso sólo es posible a través de un medio que por sus características propias se encuentra dentro de los servicios de telecomunicaciones que son de interés de la Nación (artículo 2 y 3 de la ley 19.798), opino que debe ser el juez federal quien continúe conociendo en las actuaciones”, dice el fallo firmado por los jueces de la Corte Ricardo Lorenzetti, Elena Highton, Enrique Petracchi y Juan Carlos Maqueda.

Celos e internet. Los celos o deseos de controlar a otra persona, flaco sentimiento que parece intrínseco al ser humano, en algunos casos representa una amenaza. Internet y las nuevas tecnologías, paradójicamente, ofrecen ciertas ventanas y aplicaciones para aquellas personas con la insana curiosidad de saber al detalle los movimientos de su pareja.

Especialistas en informática apuntan que hay varias formas de las cuales los espías pueden valerse.

Una de ellas es la lectura de los mensajes privados en Facebook o Twitter mediante la asistencia de un “keylogger”.

Un “keylogger” es una herramienta que ayuda a solventar el problema de las contraseñas, ya que una vez que está instalado en la PC captura las pulsaciones del teclado. Luego, esos datos pueden quedar archivados en la PC o incluso hacer que sean enviados por correo electrónico. Algunos “keylogger” son de tipo pago y otros totalmente gratuitos.

Otra manera de controlar a una pareja es seguir directamente la PC familiar a la distancia. No contento con poseer las contraseñas y acceder al Facebook, el espía celoso puede ir un paso más allá y tener acceso a la computadora a cualquier hora; poder ver lo que hay en la pantalla e incluso ejecutar la webcam para ver directamente lo que sucede en la habitación.

Para ese menester existen múltiples troyanos, es decir, software que permite administrar un ordenador de forma remota como si se estuviese frente a él. Muchos programas de ese estilo se encuentran en la red, y ya una búsqueda en Google con los términos “espiar pc pareja” deja la intención a un solo click para bajar un programa.

Un tercer seguimiento puede hacerse mediante la geolocalización de su teléfono móvil de otro.

Los smartphones son un avance tecnológico en la era de superconexión que transita la humanidad. Casi todos vienen con GPS. Desde hace algún tiempo hay en el mercado software para smartphones (principalmente Apple y Android) que permite localizar un teléfono y por ende, saber donde está su dueño. En el caso de Apple está “Find my Iphone” y para Android, “Android Device Manager”.

Una cuarta alternativa es leer el WhatsApp del otro. Mucha gente cree que por borrar una conversación ya está a salvo de que pueda ser descubierta. Una herramienta llamada Recover Messages permite hacer dos cosas: recuperar los mensajes borrados, y troyanizar el WhatsApp de la pareja para que a futuro, cualquier mensaje, borrado o no, pueda ser recuperado.


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