Esposa del polista en estado vegetativo volvió a pedir su traslado a Rosario

DISPUTA EN TRIBUNALES

Gisela La Menza, la médica rosarina que disputa en los tribunales con sus suegros el cuidado de su marido, que se encuentra en estado vegetativo, volvió a reclamar hoy el traslado del polista a Rosario y aseguró que cuando lo llevaron a Córdoba “perdió” sus avances en movilidad.

La esposa del polista cordobés Ignacio Ballesteros dijo que confiaba en la resolución de la Corte Suprema que dispuso ayer que un tribunal de familia rosarino resuelva el caso y afirmó saber que su marido la necesita.

“No me imagino lo que debe estar sufriendo sin que nadie lo entienda. Sé que no se termina todo acá, pero con él al lado es otra cosa”, añadió la mujer, de 29 años.

Además, reveló al canal Tres de Rosario que cuando el polista estaba postrado en su casa “estábamos comunicándonos con su mano derecha, donde mayor movilidad tenía. Otro avance fue que había logrado independizarse de su traqueotomía. Había empezado a comer”.

“Todo eso se perdió cuando se registró el traslado por la fuerza a Córdoba, el 11 de junio”, acotó la joven.

La Menza indicó que a Ballesteros “trato de hablarle en las visitas y ya no usa la mano”.

“Para lograr eso, que de afuera no es nada, es un trabajo de meses y mucho sacrificio”, remarcó.

Respecto a la disputa judicial, la joven señaló que “el padre dice que no está bien cuidado. El juez le ofreció que viniera un médico de parte, estuvo en dos oportunidades y entregó un informe diciendo que estaba en óptimas condiciones”.

“Después se desvincularon de la medida porque no les gustaba lo que escuchaban”, añadió.

En ese marco, afirmó que “para llevárselo a Córdoba no hubo informe ni visitas médicas. No se basaron más que en las denuncias del padre”.

Ayer, la Corte ordenó que el Tribunal Colegiado de Familia de la Cuarta Nominación de Rosario resuelva el conflicto y ordenó al juez federal de Córdoba Ricardo Bustos Fierro que remita las actuaciones a la justicia santafesina.

El accidente de Ballesteros se registró hace casi dos años durante un partido de polo en San Antonio de Areco, tras lo cual el hombre estuvo internado en dos hospitales de Buenos Aires hasta que su esposa adaptó su vivienda en Rosario para atenderlo.

Luego, los padres de Ballesteros lograron llevarlo a Córdoba con una orden de la justicia federal de esa provincia y lo internaron en un centro de rehabilitación. (DyN)