Esposas de policías volvieron a tomar una comisaría

Se vieron con la ministra Arévalo, pero no obtuvieron más aumentos.

NEUQUEN (AN).- «Tienen para helicópteros pero no tienen para los uniformes de los policías, nos han tomado el pelo. No vamos a tener Año Nuevo, pero ellos tampoco», afirmó Margarita, una de las esposas de policías que ayer se reunió con la ministra de Seguridad, Susana Arévalo, y que volvieron a tomar la comisaría Primera.

El resultado del encuentro se puede resumir en el ánimo de Margarita, que ayer alrededor de las 15 se ubicó en la puerta de acceso de la comisaría Primera. Dos horas antes había estado cara a cara con Arévalo.

«Esta (por la comisaría Primera) va a ser nuestra base desde ahora, la ministra se ha burlado de nosotras», dijo la mujer que es referente del grupo de Neuquén. Margarita y Mirta fueron recibidas por Arévalo, que entre otras cosas les anticipó que no habrá nuevos aumentos para los integrantes de la fuerza. Este tema y el trato que aseguran haber recibido por parte de la funcionaria le subieron la temperatura al conflicto que comenzó hace más de un mes.

El jefe de la Policía de Neuquén, Carlos David Zalazar, le dijo ayer a «Río Negro» que no habrá nuevos diálogos dentro de las comisarías tomadas: «hemos llegado a un límite, la ministra recibió las esposas o compañeras de los policías y les dio una respuesta. Esto no es una negociación, es una imposición», dijo.

Para Zalazar las respuestas del gobierno «han sido razonables» y las «16 mujeres que están protestando tendrían que recapacitar», afirmó en declaraciones a este diario.

Margarita, que es esposa de un cabo que cobra 900 pesos de bolsillo, advirtió que «no es verdad eso que dicen (sobre) que han entregado uniformes, les dieron a los ingresantes. No puedo mostrar los agu

jeros de los borceguíes de mi marido porque lo dejo sin calzado y con ellos está trabajando», señaló justo en el momento en que el jefe de la comisaría Primera, Facundo Escalera, subía al primer piso, donde está su oficina.

Escalera no respondió a un par de saludos irónicos de las mujeres. En cambio, entregó una mirada fulminante.

En esta ciudad, ayer confluyeron representantes de las esposas de policías de Centenario, Senillosa, Plottier y Cutral Co aunque afirman que mujeres de Junín de los Andes y Rincón de los Sauces no alcanzaron a llegar. De todo el grupo, sólo dos ingresaron al despacho de Arévalo.

«Ella dio algunas respuestas y nos hizo algunas promesas, pero cuando le pedimos que lo deje sentado, que lo exprese por escrito, nos dijo que no y nos dio a entender que ya era demasiado con que nos haya atendido», apuntó Margarita. Enseguida, la mujer advirtió que «hoy por hoy nuestros sueldos, bah, los sueldos de nuestros maridos están muy abajo de los sueldos de los policías de Río Negro, cuando tanto se hablaba de que estaba fundida».

Para el grupo que ayer se había apostado en el ingreso que la comisaría Primera tiene en la calle Mendoza, «acá nos tomaron el pelo y ahora nos dicen que esperemos el próximo recibo de sueldo; eso es para liberarse de nosotros antes de Año Nuevo. No vamos a tener Año Nuevo pero ellos tampoco», prometió Margarita.

En el hall de la comisaría se habló del caso de un policía que tiene nueve hijos, la mayoría de los cuales concurre a un comedor comunitario porque al padre no le alcanza. En esa línea describieron otros casos que rayan con la indigencia y pidieron soluciones urgentes.


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