“Está en juego el futuro”

Se aproxima una instancia crucial para el destino de nuestro país: la segunda vuelta para elegir al nuevo presidente. Dos proyectos, en las antípodas uno del otro, se proponen para gobernar nuestros destinos: el que encarna Daniel Scioli –como continuación de una política de Estado que se inició en el 2003, con franca preeminencia de valores como la solidaridad, la justicia social, la soberanía y la independencia, más salud, educación, ciencia y cultura desde una patria para las mayorías– y otro desprovisto de toda ética y moral y que lleva a un candidato, Mauricio Macri (procesado por la ley en varias causas), que propugna el regreso del ajuste, la liberación del mercado y la restauración de los códigos desalmados del “sálvese quien pueda”, en el marco de la especulación financiera. Este sistema provocó la espantosa debacle del 2001 con su desquiciada carga de decenas de asesinados por las calles, más los que iban perdiendo la vidas en la medida en que la desesperación los llevaba al suicidio (recordar “Corralito”) o los empujaba a los saqueos y a las embajadas, a raudales, con el objetivo de abandonar un país en llamas. El momento constituye una bisagra histórica y distingue entre mantener, profundizar y mejorar el sustancial avance positivo que el pueblo y el país todo experimentaron en múltiples aspectos de su existencia, optando por el actual gobernador Scioli, y la amnesia y el autosuicidio colectivo, sin la necesidad de un pastor Jim Jones que lo ordene pero con la seguridad de alcanzar parecidos resultados si el voto recae en el empresario candidato procesado por la Justicia. El panorama no podría estar más claro, aun cuando haya quien crea que votando en blanco mantendrá su conciencia a salvo. El pensador nacionalista Hernández Arregui dijo alguna vez que existen circunstancias en las cuales “la neutralidad es cobardía” y sin la menor duda esta es una de ellas. Está en juego nada menos que el futuro de las próximas generaciones y, en lo presente, la vida del pueblo todo, en particular, la de aquellos más desguarnecidos, esos que están sometidos a la incertidumbre de no conocer si podrán seguir manteniendo los avances sociales que hoy les permiten vivir dignamente (trabajo, salud, movilidad jubilatoria, vivienda propia, créditos sociales, etcétera) o si, con la restauración del tenebroso pasado a través de los mismos funcionarios y economistas que destruyeron el país hace una década y media, deberán resignarse a la muerte de la res en el matadero. Alejandro Flynn DNI 12.566.136 Neuquén

Alejandro Flynn DNI 12.566.136 Neuquén


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