Europa seguirá vigilando a Haider 

Las acciones del neonazi austríaco Joerg Haider no parecen impresionar a la Unión Europea, ya que anunció que el hecho de que haya renunciado a la presidencia del Partido Liberal austríaco "no cambia nada". Esperan que el escenario se clarifique para conocer cuál es la verdadera intención del líder austríaco. Lo seguirán vigilando.

VIENA (EFE).- El golpe de efecto que dio el lunes el ultranacionalista Joerg Haider renunciando a la presidencia del Partido Liberal austríaco (FPOE) no impresionó a la Unión Europea, quien anunció ayer, que su postura frente al gobierno austríaco «no cambia nada» y que lo seguirá vigilando.

«La cuestión esencial no es la persona, sino la naturaleza de un partido político que está en el poder», aseguró ayer en Lisboa el primer ministro portugués y actual presidente de la Unión Europea, Antonio Guterres.

En relación a la sospecha de que el gesto de Haider sea una maniobra política para aspirar a la cancillería austríaca en las próximas elecciones, Guterres se mostró reservado y dijo que «en este momento no hay suficientes datos para saber cuál es el verdadero significado y verdadero objetivo de esta operación política».

También la portavoz francesa de Exteriores, Anne Gazeau-Secret, aseguró ayer que la dimisión de Haider «no cambia en nada» la posición de Francia respecto al Ejecutivo austríaco, postura que fue apoyada por Bélgica, país que junto a Francia ha sido el más activo dentro de la UE en la condena al gobierno austríaco.

El ministro belga de Exteriores, Louis Michel, consideró además que «hay que mantener la presión internacional» sobre el gobierno del país alpino y advirtió que la decisión del polémico líder austríaco puede ser una estrategia de mantenerse en la reserva para poder continuar con sus prácticas de exceso verbal.

Alemania también se mantendrá firme en su postura crítica frente a Austria, y el vocero del canciller, Andreas Michaelis, aseguró que el Ejecutivo de Berlín sigue siendo escéptico respecto a la evolución del Ejecutivo de Viena.

Tampoco Londres va a bajar la guardia: «Continuaremos la vigilancia de los actos y las declaraciones del gobierno austríaco y estudiaremos las razones para la dimisión de Haider. Necesitamos conocer todos los hechos», dijo ayer un vocero del ministerio de Exteriores.

Algo más positivo se mostró el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, quien calificó de gestos «aparentemente positivos» los últimos acontecimientos en Austria, aunque precisó que «lo que cuentan son los hechos», por lo que España «seguirá concertándose con sus socios europeos».

Los países aspirantes a entrar en la Unión Europea también han mostrado sus recelos ante la dimisión de Haider.

En Hungría «seguimos estando preocupados por algunas manifestaciones de políticos (del FPOE) y en base a ellas por la participación en el gobierno del Partido Liberal», declaró ayer el portavoz del ministerio de Exteriores magiar, Gábor Horváth.

La base de las reservas del gobierno húngaro la constituyen no sólo las manifestaciones austríacas frente a la ampliación de la Unión Europea, sino también las que contradicen los valores y normas europeas, explicó el portavoz. 


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