Europa teme que sin el primer ministro, vuelva la violencia

Quizá los políticos europeos no compartan el concepto que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, tiene del primer ministro israelí, Ariel Sharon, a quien considera un «hombre de paz». Pero mientras que en un hospital de Jerusalén el mandatario lucha por sobrevivir, en Europa muchos temen que la repentina desaparición de Sharon de la vida política israelí pueda traducirse en un aumento de los problemas y el caos en Cercano Oriente.

«Ariel Sharon desempeña una función especialmente importante en la búsqueda por mantener la paz en Cercano Oriente», dijo el canciller austríaco, Wolfgang Schuessel, en un mensaje en nombre de los Veinticinco para desear al líder israelí una pronta recuperación.

Por su parte, el ministro del Exterior británico, Jack Straw, describió a Sharon como «una figura destacada no sólo en Israel, sino en toda la región».

Sin embargo, pese a tantos halagos, las relaciones entre Israel y la Unión Europea fueron con frecuencia tensas y volátiles durante los cinco años de Sharon como primer ministro. El líder israelí se mostró claramente hostil ante los esfuerzos europeos por ejercer una función clave para lograr la paz en la región y acusó a menudo a los gobiernos de la Unión de adoptar una postura a favor de los palestinos.

Las relaciones entre Israel y la Unión Europea alcanzaron su peor momento hace dos años, cuando Sharon se negó a entrevistarse con cualquier representante europeo que hubiera visitado al entonces presidente palestino, Yasser Arafat. «Sharon llegó incluso a dar un portazo a Javier Solana», dijo un diplomático de la Unión, refiriéndose a los intentos del Alto Representante para la Política de Exterior y de Seguridad Común de la UE para entrevistarse con el mandatario israelí en 2003.

Por su parte, muchos gobiernos europeos se mostraron igualmente críticos respecto a la dura línea política de Sharon y a lo que los sucesivos comunicados de Bruselas llamaban uso «desproporcionado» de la fuerza contra los palestinos.

No obstante, las relaciones entre Israel y la Unión comenzaron a mejorar a paso lento pero seguro hace unos 12 meses, en lo que lo diplomáticos europeos describen como un «extraordinario giro» político. La muerte de Arafat y la decisión de Sharon de entablar contactos con Mahmud Abbas como nuevo presidente de la Autoridad Nacional Palestina ayudó a que la relación entre Israel y Europa fuera menos tensa. Pero aún más importante fue la decisión de Sharon de retirar las tropas israelíes de Gaza en verano pasado, que fue acogida por la Unión como una muestra del deseo de reavivar el proceso de paz en la región. (DPA)

Nota asociada: Sharon sigue grave, pero hoy podrían despertarlo del coma

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