Evo Morales nacionalizó la principal fundidora de metales
El presidente boliviano tomó control de Vinto, ubicada en las afueras de Oruro, con las Fuerzas Armadas. "Estoy cumpliendo el mandato del pueblo boliviano que era recuperar los recursos naturales", manifestó.
El presidente de Bolivia Evo Morales nacionalizó hoy la principal fundidora de metales del país, Vinto, de la suiza Glencore, aunque se cree que sigue perteneciendo al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y tomó su control con las Fuerzas Armadas. «Estoy cumpliendo un mandato del pueblo boliviano que era recuperar nuestros recursos naturales», dijo el presidente Evo Morales a los trabajadores del complejo metalúrgico, que funciona en las afueras de la ciudad de Oruro, a 230 kilómetros al sur de La Paz. Según Morales, «el ex presidente Sánchez de Lozada, mediante su empresa (Comsur) se adueñó de esta empresa (Vinto). Quiero decir y advertir, esas empresas que eran de Goni (apodo del ex mandatario), tienen que volver al Estado boliviano», informó la agencia estatal ABI. El decreto promulgado hoy no prevé ninguna indemnización a la suiza Glencore y ayer jueves el mandatario boliviano anunció su determinación de nacionalizar la fundidora, porque consideró que su privatización en 1999 fue irregular. También dijo que fue «irregular» el traspaso de las acciones primero a Comsur y luego de ésta a Glencore en 2004, cuando el ex presidente neoliberal Sánchez de Lozada traspasó su mayoría accionaria a la compañía suiza. «Estamos estudiando, queremos saber si las empresas del ex mandatario fueron vendidas o están en manos de testaferros. Pero el pueblo boliviano percibe que sólo le cambiaron el nombre y el propietario sigue siendo Sánchez de Lozada», afirmó a Télam el ministro de Minería, Guillermo Dalence el 24 de enero pasado. En el caso de la fundición Vinto «hay un clamor popular para que retorne a manos del Estado, veremos cómo hacerlo», afirmó el ministro, quien hoy destacó que la empresa recuperada «monopolizará el comercio del estaño». Tras la nacionalización decretada hoy, el diputado del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), José Pimentel, señaló que la decisión obliga al gobierno a «diseñar una política para la industrialización de los minerales». Por su parte, el diputado del opositor partido Unidad Nacional (UN), Alejandro Colanzi, manifestó que la decisión de nacionalizar la fundición de Vinto «cumple con el mandato del pueblo boliviano al partido en función de gobierno para recuperar las empresas enajenadas». En tanto, el senador opositor de Poder Democrático Social (Podemos), Carlos D’ Arlach, consideró que ninguna empresa en manos del Estado tendrá éxito por su excesiva politización, y propuso formar una sociedad mixta con capitales privados. Por su parte, un portavoz de la suiza Glencore, propietaria además de todas las empresas de Sánchez de Lozada, dijo hoy desde Nueva York, citado por la agencia brasileña Estado, que el decreto de nacionalización «viola nuestros derechos empresarios». También un vocero del gobierno de Suiza pidió a Bolivia que respete el tratado de protección de inversiones firmado por ambos países en 1991, por el cual las nacionalizaciones deben ser indemnizadas. Vinto pasó, primero, de manos del Estado a la inglesa Allied Deals que tras su quiebra la transfirió a Comsur, de propiedad del ex presidente y empresario minero Sánchez de Lozada, sin que los montos económicos se hayan conocido, informó el diario cochabambino Los Tiempos. Lozada, tras ser derrocado por una insurrección popular en octubre de 2003, se exilió en Estados Unidos y, paralelamente, transfirió el 61 por ciento del paquete accionario de Comsur a la empresa Sinchi Wayra, subsidiaria de Glencore. Antes de la nacionalización decretada hoy, un fiscal acompañado de decenas de militares enviados a la zona ordenó abrir las puertas de la fundidora, ante una inicial resistencia de los trabajadores de Glencore. Después de recibir garantías por parte del fiscal, los empleados franquearon el paso sin mayores incidentes. Posteriormente Morales habló ante cientos de trabajadores de Glencore y mineros de otros yacimientos de la zona y en un encendido discurso contra el «neoliberalismo», garantizó las fuentes de trabajo y prometió 10 millones de dólares para modernizar la fundidora.
Fuente: Télam
El presidente de Bolivia Evo Morales nacionalizó hoy la principal fundidora de metales del país, Vinto, de la suiza Glencore, aunque se cree que sigue perteneciendo al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y tomó su control con las Fuerzas Armadas. "Estoy cumpliendo un mandato del pueblo boliviano que era recuperar nuestros recursos naturales", dijo el presidente Evo Morales a los trabajadores del complejo metalúrgico, que funciona en las afueras de la ciudad de Oruro, a 230 kilómetros al sur de La Paz. Según Morales, "el ex presidente Sánchez de Lozada, mediante su empresa (Comsur) se adueñó de esta empresa (Vinto). Quiero decir y advertir, esas empresas que eran de Goni (apodo del ex mandatario), tienen que volver al Estado boliviano", informó la agencia estatal ABI. El decreto promulgado hoy no prevé ninguna indemnización a la suiza Glencore y ayer jueves el mandatario boliviano anunció su determinación de nacionalizar la fundidora, porque consideró que su privatización en 1999 fue irregular. También dijo que fue "irregular" el traspaso de las acciones primero a Comsur y luego de ésta a Glencore en 2004, cuando el ex presidente neoliberal Sánchez de Lozada traspasó su mayoría accionaria a la compañía suiza. "Estamos estudiando, queremos saber si las empresas del ex mandatario fueron vendidas o están en manos de testaferros. Pero el pueblo boliviano percibe que sólo le cambiaron el nombre y el propietario sigue siendo Sánchez de Lozada", afirmó a Télam el ministro de Minería, Guillermo Dalence el 24 de enero pasado. En el caso de la fundición Vinto "hay un clamor popular para que retorne a manos del Estado, veremos cómo hacerlo", afirmó el ministro, quien hoy destacó que la empresa recuperada "monopolizará el comercio del estaño". Tras la nacionalización decretada hoy, el diputado del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), José Pimentel, señaló que la decisión obliga al gobierno a "diseñar una política para la industrialización de los minerales". Por su parte, el diputado del opositor partido Unidad Nacional (UN), Alejandro Colanzi, manifestó que la decisión de nacionalizar la fundición de Vinto "cumple con el mandato del pueblo boliviano al partido en función de gobierno para recuperar las empresas enajenadas". En tanto, el senador opositor de Poder Democrático Social (Podemos), Carlos D’ Arlach, consideró que ninguna empresa en manos del Estado tendrá éxito por su excesiva politización, y propuso formar una sociedad mixta con capitales privados. Por su parte, un portavoz de la suiza Glencore, propietaria además de todas las empresas de Sánchez de Lozada, dijo hoy desde Nueva York, citado por la agencia brasileña Estado, que el decreto de nacionalización "viola nuestros derechos empresarios". También un vocero del gobierno de Suiza pidió a Bolivia que respete el tratado de protección de inversiones firmado por ambos países en 1991, por el cual las nacionalizaciones deben ser indemnizadas. Vinto pasó, primero, de manos del Estado a la inglesa Allied Deals que tras su quiebra la transfirió a Comsur, de propiedad del ex presidente y empresario minero Sánchez de Lozada, sin que los montos económicos se hayan conocido, informó el diario cochabambino Los Tiempos. Lozada, tras ser derrocado por una insurrección popular en octubre de 2003, se exilió en Estados Unidos y, paralelamente, transfirió el 61 por ciento del paquete accionario de Comsur a la empresa Sinchi Wayra, subsidiaria de Glencore. Antes de la nacionalización decretada hoy, un fiscal acompañado de decenas de militares enviados a la zona ordenó abrir las puertas de la fundidora, ante una inicial resistencia de los trabajadores de Glencore. Después de recibir garantías por parte del fiscal, los empleados franquearon el paso sin mayores incidentes. Posteriormente Morales habló ante cientos de trabajadores de Glencore y mineros de otros yacimientos de la zona y en un encendido discurso contra el "neoliberalismo", garantizó las fuentes de trabajo y prometió 10 millones de dólares para modernizar la fundidora.
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