Exitoso ensayo de plantación de maíz en Añelo

Gentileza

NEUQUÉN (AN).- Luego de algunos años de experimentar, un productor de la zona de Añelo logró una cosecha de más de 60.000 kilogramos de maíz para engorde en una superficie de casi seis hectáreas. En uno de los cuadros, el productor consiguió 13.000 kilogramos de maíz, una cantidad similar a la que -por ejemplo- se logra en la zona de Pergamino aunque en la provincia de Buenos Aires no necesitan del sistema de riego

Los buenos resultados trajeron a su chacra a los productores del grano quienes se sorprendieron por el rinde. Ya en Añelo se conectaron con otros productores interesados en la plantación de maíz. No ha sido sencilla la tarea de Gilberto Vela al pie de la barda en una zona donde el petróleo y el gas son el eje de la economía. Incluso, tras la primera siembra, aparecieron jabalíes y se comieron la mejor parte.

“Hace seis años hice mi primer experiencia con maíz: sembré diez hectáreas sin mucha técnica. La coseché a mano y resultó carísima, más me hubiese valido comprar el grano. Pero me sirvió la experiencia para comprobar que era un cultivo noble y valía la pena insistir, siempre y cuando contara con las herramientas adecuadas”, explicó Gilberto Vela.

El productor está dedicado principalmente al cultivo y zafra de alfalfa, enfardada. Pero a los cinco años los alfalfares envejecen y es necesario rotar el cultivo, ojalá con una gramínea.

“Esos alfalfares viejos cuentan con un gran potencial para cualquier cultivo exigente en nitrógeno porque al sembrarlos se inocula la semilla con un rizobium que asimila el nitrógeno del aire y lo acumula en sus raíces en la forma más beneficiosa para cualquier cultivo”, comentó Gilberto.

Fue así que se decidió por experimentar con maíz. “Es exigente en nitrógeno y aporta mucha materia orgánica, o sea que alfalfa y maíz es una buena yunta: lo que le sobra a uno le hace falta al otro”, razonó.

Así, el año pasado, adquirió una sembradora directa para maíz de siete surcos que redujo a cinco surcos para poder transitar por los caminos de la chacra sin tener que agrandar puentes y tranqueras. A la vez compró una cosechadora de 30 años de antigüedad y un carro-tolva forrajero de ocho toneladas.

El vendedor, un productor de La Pampa, “se comprometió a ponerme en marcha la cosechadora y enseñármela a usar, cosa que cumplió la semana pasada”, detalló Vela.

En tránsito hacia la plantación de maíz hubo una experiencia clave. En septiembre el Centro Pyme, junto con el INTA y la semillera alemana KWS, organizaron y desarrollaron las Primeras Jornadas de Maíz en Plottier.

“Lamenté no haber tenido las jornadas antes de comprar las máquinas, de todos modos les saqué el jugo, en especial lo referente a la siembra y puesta a punta de la sembradora de directa. Vino un agrónomo, capo en la materia, el ingeniero Guillermo Marrón, que dio una charla excelente, tanto teórica como práctica, y me fue de gran utilidad”, agregó.

Por reciprocidad compró a KWS la semilla para sembrar 28 hectáreas. Sembró con buena humedad en el terreno y, a los 20 días, cuando las plantitas tenían más de 15 centímetros, comenzó a regar una vez por semana. Cada riego representa unos. 100 milímetros de precipitación. Hubo doce riegos en total.

“A mediados de enero los técnicos de KWS recorrieron distintas experiencias que tenían en la zona a menor escala y también pasaron por mi plantación. Quedaron tan entusiasmados con los resultados que ahí nomás me propusieron realizar otras jornadas de maíz, con la charla dinámica en mi plantación, cosa que se concretó el 8 de abril. Creo que en la zona hay excelentes condiciones para este cultivo”, cerró Vela.

La cantidad de granos lograda es similar a la que se obtiene en campos de la provincia de Buenos Aires, explicaron.