Experimentos de chicos

Si bien la mayor parte del año siendo estudiante lo pasaba en Buenos Aires, donde concurría a la escuela técnica Pío Nono, cada visita a la chacra era la oportunidad para experimentar y disfrutar con amigos y hermanos. San Martín recuerda que siempre “tenía fascinación por todo lo que sea inalámbrico, ya sea control remotos o walkie talkies, no sé por qué, pero el hecho de poder comunicarme o poder darle comando a un vehículo para que cambie su dirección sin cables, era hasta el día hoy una fascinación. Por eso me gusta tanto lo que hago”. Entre las anécdotas de juegos en la chacra y hablando de walkie talkies, “yo me iba caminando hasta ver cuando funcionaba, y salía de la chacra cruzaba la ruta en dirección a la barda hasta un montecito frente a la chacra, iba hasta ahí con mis amigos y mi mamá se quedaba en la chacra y yo la llamaba ‘¿escuchás vieja?’, había muchas aventuras así. Armaba cosas, papá me incitaba mucho comprándome juguetes de armar y yo los hacía acá, no lo hacía en Buenos Aires”.


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