Expulsión de gitanos no le da rédito político a Sarkozy

El pomposo plan de seguridad no lo ayuda con las encuestas.

PARÍS (Télam/AFP).- La derecha, la izquierda de Francia y hasta la Iglesia Católica se unieron ayer para criticar con dureza, desde distintas ópticas, la política del presidente Nicolas Sarkozy para con los gitanos e inmigrantes, que tampoco mejoró los índices de popularidad del mandatario. Con su aprobación popular por el piso y a dos años de las elecciones, Sarkozy intentó retomar la iniciativa política este mes con un mensaje de tolerancia cero con el delito y la inseguridad cuyos críticos consideran populista y discriminatorio. La policía desmanteló 51 campamentos de gitanos en toda Francia y el gobierno deportó a cientos de miembros de esta comunidad a Bulgaria y Rumania, tras asociarlos con el delito y la mendicidad. Sarkozy amenazó también con sacar la ciudadanía francesa al inmigrante que delinca. Los primeros sondeos mostraron un apoyo mayoritario a las iniciativas del presidente, pero esto no parece haberse traducido en una mejoría en la imagen de Sarkozy. Una encuesta difundida ayer por el diario Liberation mostró que la aprobación personal de Sarkozy cayó un punto más hasta 34%, su peor nota en estos sondeos desde que ganó las elecciones en 2007 con la ley y el orden como algunos de sus lemas centrales. Con 24% de los interrogados que desean verlo en la jefatura del Estado en 2012, Sarkozy llega muy lejos detrás del director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Khan (44%), la primera secretaria del Partido Socialista Martine Aubry (31%) y después de Ségolène Royal (25%). Los críticos en Francia parecieron envalentonarse en sus cuestionamientos luego de que el papa Benedicto XVI aludiera al tema al exhortar a un grupo de peregrinos franceses a “educar a sus hijos en la fraternidad universal”. El comentario del Papa llegó horas después de críticas más explícitas de la Santa Sede. “Uno no puede generalizar y tomar a un grupo entero de personas y echarlos a patadas”, dijo el secretario del Consejo Pontificio para el Cuidado Pastoral de los Migrantes y Pueblos Itinerantes, padre Agostino Marchetto. Desde la centroderecha, el ex primer ministro Dominique De Villepin –quien declaró intenciones de desafiar a Sarkozy en las presidenciales de 2012– escribió ayer en una editorial en el diario Le Monde que la expulsión de los gitanos es una “falta moral” del mandatario que expone a Francia a la “indignidad nacional”. “Hoy hay una mancha de vergüenza en nuestra bandera”, escribió De Villepin. Ante “el rostro irreconocible de la patria de los derechos humanos”, Dominique de Villepin llama a “un deber de rechazo” ante una “desviación inaceptable”. Desde la izquierda, el ex primer ministro socialista Lionel Jospin acusó a Sarkozy de hablar de inseguridad y de mano dura para encubrir el hecho de que en tres años redujo en más de 9.000 hombres el tamaño de la fuerza policial.

AP

La “mano dura” con extranjeros no mejora la imagen del presidente.


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