Expusieron sus productos y los beneficios de la educación no formal

EL BOLSON (AEB)- La calabaza impresiona por su tamaño y por su peso. Nada menos que ¡11,500 kg.! Gaspar, de 6 años se para a su lado y el vegetal adquiere una nueva magnitud. El increíble ejemplar integra la exposición y venta de productos y artesanías que el Centro de Educación Agropecuaria 3 de Mallín Ahogado inauguró ayer en el centro de El Bolsón. El establecimiento, encuadrado en el sistema de educación no formal del CPE, es el centro de una febril actividad de vecinos de la zona rural.

El C.E.A 3 (ex-Emeta) desarrolla una intensa actividad en el área rural de El Bolsón, donde está instalado desde hace años. Los vecinos, todos ellos trabajadores en sus propias tierras, concurren a la escuela para tomar cursos de distintas especialidades. Por allí, Alicia muestra los quesos saborizados que aprendió a elaborar. Angel Corrarelo, docente de «Huerta Familiar» observa orgulloso su calabaza gigante, mientras Sara Inalef cuenta el proceso del hilado mapuche.

Como es tradición, la comunidad del CEA eligió el jardín de la escuela primaria 318, en pleno centro de El Bolsón, para exponer el fruto de su trabajo cotidiano. «Se vende muy bien» comenta un productor de hierbas aromáticas, mientras muestra las prolijas bolsitas que contienen orégano, salvia, laurel, melisa o toronjil, menta, paico o apio.

En las instalaciones de la escuela, ubicada a unos 6 kms. al norte de El Bolsón, en pleno circuito de Mallín Ahogado, se dictan cursos de herrería, cerámica utilitaria, mimbrería y caña, huerta familiar e hilado, entre otros. También se han generado grupos de trabajo que avanzan en la elaboración de un proyecto de construcción de viviendas rurales que, en una primera etapa, beneficiará a 5 familias del paraje.

El ex-Emeta estuvo en riesgo de cierre, años atrás. De manera espontánea, los pobladores rurales decidieron impedirlo y apelaron a lo que tenían a mano. De esa manera nació el «bueyazo», una lenta marcha de cientos de personas, encabezadas por carros con bueyes. El resultado fue inmediato: la escuela siguió existiendo y los pobladores siguieron tomando los cursos orientados a mejorar su calidad de vida. La muestra de productos, donde no faltaron los dulces de todo tipo, hongos secos, artesanías en madera y lana, las papas chilenas y las cebollas egipcias, rápidamente se llenó de visitantes. Y las ventas fueron más rápidas aún.

El objetivo de la actividad no sólo fue la venta. La idea es mostrar, con mucho orgullo, el resultado de los conocimientos adquiridos en el CEA 3 durante todo el año.

Mientras Gaspar sigue sosteniendo la calabaza, que pesa más que el, a su alrededor las ventas se multiplican y los responsables de la escuela y los docentes, cuentan a quienes muestran su curiosidad, cómo es posible, con la educación no formal, modificarle positivamente la vida a los vecinos.