Falleció el ex presidente yugoslavo Milosevic

Apareció muerto en su celda. Era juzgado por el Tribunal Internacional por crímenes de guerra y genocidio.

El ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, de 64 años, falleció ayer, anunció el Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia de La Haya, donde era juzgado desde hacía más de cuatro años por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.

«Hoy (por ayer) Slobodan Milosevic fue encontrado sin vida en su lecho en su celda del centro de detención de las Naciones Unidas en Scheveningen», un barrio de La Haya, anunció el TPI en un comunicado, después de haber confirmado su deceso oralmente.

El médico de la prisión confirmó el deceso, agregó la misma fuente y «se ordenaron una autopsia completa y un examen toxicológico», precisó el TPI.

El presidente del TPI, Fausto Popar, ordenó una investigación. «El TPI no tiene nada que reprocharse» por la muerte del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, indicó ayer un portavoz del TPI.

La familia de Milosevic, su esposa y su hijo, prófugos debido a los procesos llevados a cabo por la justicia serbia, que probablemente se encuentran en Rusia, y su hija que vive en Montenegro, fueron informados, según el TPI.

El ministro de Relaciones Exteriores serbio, Vuk Draskovic, lamentó que Slobodan Milosevic haya muerto antes de haber respondido por sus actos ante la justicia de Belgrado. «Es una pena que no haya enfrentado la justicia en Belgrado», dijo Draskovic a la prensa al margen de una reunión de cancilleres europeos y de los países de los Balcanes en Salzburgo (Austria).

El hermano de Slobodan Milosevic acusó ayer desde Moscú al TPI de ser «totalmente responsable» de la muerte de Milosevic, según la agencia Interfax. «El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia es totalmente responsable» de su muerte, dijo Borislav Milosevic.

Borislav Milosevic, ex embajador yugoslavo en Rusia, había denunciado el rechazo del TPI a su traslado a Rusia para recibir tratamiento médico y acusó a los jueces de violar sus derechos y despreciar las garantías ofrecidas para ello por Moscú.

Milosevic era procesado en la prisión del TPI en La Haya por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio por su papel en las guerras de Croacia y Bosnia (1991-1995) y en Kosovo (1998-1999), así como por la matanza en 1995 de unos 8.000 musulmanes en Srebrenica. Su proceso fue interrumpido en varias ocasiones a causa de su mala salud.

Milosevic protagonizó en la última década del siglo XX tres guerras que acabaron con la Yugoslavia construida por Josip Broz Tito. Esos conflictos causaron más de 250.000 muertos y entre dos y tres millones de desplazados, destruyeron cientos de ciudades y dejaron un rastro atroz de violaciones, torturas y desapariciones.

Las guerras de Croacia (1991-95), Bosnia (1992-95) y Kosovo (1998-99), 77 días de bombardeos de la OTAN ckontra su país en 1999 y las sanciones internacionales no apaciguaron la ambición y arrogancia de Milosevic ni su sueño de construir la Gran Serbia. Nacido en Pozarevac (Serbia) en 1941, de padre teólogo ortodoxo y madre comunista, que se suicidaron, Milosevic, apodado «Slobo», tenía 43 años cuando entró en política en 1984. (AFP)

Un duro golpe para el tribunal de La Haya

Que Slobodan Milosevic muriera durante el juicio en su celda de la cárcel de la ONU en Scheveningen era la peor pesadilla posible para el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY). Y ayer se hizo realidad.

Así, el proceso contra el principal acusado de las guerras en los Balcanes termina sin que se dictara un fallo. El juicio duraba ya cuatro años, en un esfuerzo sin precedentes en la historia de la justicia internacional de superar no sólo políticamente los peores crímenes de guerra desde la II Guerra Mundial, sino también de castigar a los responsables.

Desde un punto de vista jurídico, el ex presidente yugoslavo que aplastó con violencia los movimientos independentistas de sus ciudadanos muere como inocente, a falta de una sentencia. Y algo mucho peor: La Cámara Tercera de la corte, a cargo del jamaiquino Patrick Robinson, el surcoreano O-Gon Kwon y el británico Iain Bonomy, enfrenta duras acusaciones. El hermano de Milosevic responsabilizó de su muerte al tribunal desde Moscú, donde reside. De este modo se convirtió en portavoz de los muchos seguidores que Milosevic aún tiene.

El proceso, que comenzó en febrero del 2002, fue interrumpido más de 20 veces por los problemas de salud del acusado. Recientemente, incluso sus defensores británicos, que él rechazaba, pidieron una autorización para que recibiera tratamiento en Moscú. Pero los jueces dijeron que no, porque no creyeron que el astuto dirigente fuera a regresar a la cárcel.

Milosevic nunca reconoció la jurisdicción del TPIY, creado por la ONU en 1993. Decidió defenderse a sí mismo y no seguía los procedimientos indicados. Siempre de mal humor, se quejaba de supuestas discriminaciones y utilizaba sus comparecencias para lanzar mensajes políticos. Su mensaje era que como presidente cumplió con su deber para mantener al país unido. Quienes desataron la guerra fueron en su opinión los secesionistas croatas, eslovenos, bosnios, macedonios y los albaneses de Kosovo, pero sobre todo la OTAN – que con sus bombardeos de 1999 no autorizados por la ONU puso fin a las matanzas en la provincia serbia–. La principal acusación de la fiscalía era la de genocidio, por la masacre de bosnios musulmanes en Srebrenica en 1995. Que el asesinato de más de 7.000 hombres y niños fue un genocidio quedó constatado en la condena contra quien tomó la ciudad, Radislav Krstic. Pero, Krstic no fue condenado por este crimen, sino sólo por complicidad, por lo que el Tribunal aún no ha aplicado ninguna condena firme.


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