Falta de conciencia tapona las cloacas en los barrios

VIEDMA (AV)- A los moradores de los grandes complejos habitacionales le cuesta compartir y mantener, con sentido común, el servicio de cloacas y los sumideros. El taponamiento de las cañerías sigue siendo un gran problema y también para ARSA que trasladó las quejas a los vecinos.

El jefe del servicio, Esteban Gentile, explicó que existe «falta de conciencia» en virtud de que habitualmente «arrojan pañales y preservativos en el inodoro o botellas y latas por los desagües pluviales».

Estos inconvenientes fueron analizados durante una reunión que mantuvo con referentes de las juntas vecinales en los barrios Ceferino, América-20 de Junio y Guido.

Allí se encuentran ubicados unos 2.800 departamentos, pero por tratarse en su mayoría de familias numerosas, estos perjuicios recaen sobre más de 15.000 personas.

En el transcurso de la reunión se evaluó el desempeño que vienen realizando las cuadrillas creadas especialmente para el mantenimiento y reparación ante las quejas que se vienen sumando.

Estos grupos conformados por tres trabajadores tienen dependencia operacional de las juntas vecinales por lo que los vecinos deben informar sobre los inconvenientes directamente en su sede barrial.

Además de encargarse de la inspección de las tareas realizadas y el pago mensual de la mano de obra de los trabajos realizados, la empresa provee los materiales, herramientas y accesorios para la atención diaria del mantenimiento.

En el encuentro con los vecinalistas se hizo referencia a la capacitación del personal de estas cuadrillas y de la necesidad de concientizar a los vecinos sobre el buen uso del sistema cloacal y el mantenimiento de cisternas y tanques, a través de cartillas informativas.

Gentile contó a «Río Negro» que los más dañados son quienes habitan en la planta baja mencionando que las roturas de caños y desbordes de aguas servidas se producen como consecuencia de usar los espacios verdes -ubicados cerca de los módulos- como playa de estacionamiento.

Anunció que el único remedio será colocar pequeñas vallas de cemento para que no sigan practicando esa costumbre.