“Falta más actitud en los jueces de Río Negro”

El presidente del Superior Tribunal de Justicia, Alberto Balladini, entendió que la causa penal del ex BPRN puede ser alcanzada por los nuevos criterios de prescripción, aprobados recientemente por la polémica ley nacional 25.990. Aun así, Balladini aclaró que debe evaluar esa causa específica -con un recurso de casación en el STJ- y si se encuadra en las circunstancias esgrimidas por la reforma.

En su condición del titular de la Junta de Cortes provinciales, Balladini ya había cuestionado la modificación nacional. En diálogo con «Río Negro», el juez compartió la unificación de las pautas de prescripción, pero resaltó que no se consideró la oportunidad, no existió debate con otros actores y no se contempló la situación de causas complejas.

Mientras tanto, Balladini profundizó su análisis de la Justicia rionegrina. La morosidad de las causas penales puede revertirse con otros instrumentos, dijo. «No hay reformas eficaces sin ejecutores preparados, formados y con vocación de servicio». Enfatizó que «falta más actitud» de los jueces y funcionarios. En el 2005 hay que «arreglar ese problema interno» porque ya se cumplió con la reorganización y la ampliación jurisdiccional, y también con cambios de normativas. Reiteró que el cumplimiento horario es «una pauta» y un elemento disciplinario y cuestionó que hay jueces que sólo «trabajan d seis a siete horas diarias».

En la entrevista con «Río Negro», Balladini expresó que la unificación de los criterios de la prescripción ameritaba «un debate de todos los operadores, y yo me enteré por los diarios». (ver recuadro)

– Esta modificación también se generó por la morosidad. ¿La Justicia no tiene demora de causas?, preguntó «Río Negro».

– Es cierto, hay morosidad en los tribunales. En Río Negro no hay causas mayores, salvo la del ex BPRN y algunas otras que tenían a implicados con fueros.

– ¿Esta reforma podría al

canzar a algunas causas en Río Negro?

– Sí, a la causa del ex BPRN que está en trámite y con recurso de casación en el STJ. La reforma es aplicable a todas las que están en trámite. Pero hay que ver el caso específico y si se dan las circunstancias que se marcan.

– ¿Ud. acepta que hay morosidad en la Justicia penal de Río Negro?

– Sí, los tiempos deben reducirse considerablemente.

– ¿Cómo y con qué instrumentos se podrán agilizar?

– Se está intentando de distintas maneras, como la instrucción y el juicio abreviado. Pero aún no se vislumbran resultados. También se impondrá el sistema acusatorio, asignando un papel relevante al ministerio público fiscal y preservando al juez para que se cumpla con los principios constitucionales.

– Muchas reformas, pero no alcanza.

– La reforma realmente para ser eficaz tiene que tener un condimento humano sustancial. La mejor reforma no va a funcionar sin ejecutores preparados, formados y con vocación de servicios.

– ¿Cómo están en ese sentido?

– No estamos todavía con el elemento humano -con todo respeto a quienes trabajan y se dedican- como para implementar un sistema acusatorio. Por eso, este año habrá cursos y otras medidas para buscar los perfiles.

– ¿Cuáles son los tiempos proyectados?

– Van a estar marcados por la predisposición y formación de quienes serán los operadores. La implementación de la reforma no se agota con dictar la norma, tiene que haber el elemento humano en condiciones.

– Pone demasiado énfasis

en el recurso humano.

– Falta más actitud. El STJ está trabajando en ese sentido. Una gran mayoría se dedica, pero todavía hay muchas cosas por corregir. Hay que trabajar en la capacitación y concientización. Hay que arreglar este problema interno. Se concretó una etapa organizativa, otra de adecuación de los organismos, y ahora la regularización interna. Se debe más eficaz, cambiar la actitud y ser más responsable. Tienen que saber que un expediente no es un mero trámite, sino que es una vida. El auditor general (Oscar Massei) permitió clarificar y detectar ciertas anomalías que se quieren corregir.

– ¿Cuántas horas trabaja un juez en Río Negro?

– En el STJ no menos de 12 horas diarias.

– ¿Los restantes?

– No puedo decir lo mismo.

– ¿Un mínimo y un máximo de carga horaria?

– Es muy divergente. Hay jueces de 6 a 7 horas, otros de 8 a 9 horas. A lo mejor más en causas excepcionales. Se me critica por mi insistencia en el horario. La eficacia judicial no depende -pura y exclusivamente- del horario, pero es una pauta. Hay que ser disciplinario. No se puede venir a cualquier hora. No ocurre en ninguna parte del mundo. En Estados Unidos, he visto fichar a colegas con igual cargo que el que ostento. Somos servidores públicos y no podemos tener la prerrogativa de llegar a la hora que se quiera. (AV)

Nota asociada: Procurador y demoras del Tribunal «Una reforma requería consultas con todos»

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