Falta ordenar y señalizar el intrincado tránsito

Fallan los controles del personal de seguridad en lugares clave.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La red vial de Bariloche es tan intrincada como escarpada su topografía, una condición imposible de subsanar en una ciudad de montaña, pero el estado de las calles, la señalización insuficiente y la ausencia de control de tránsito sí se pueden cambiar y deberían mejorar.

Más aún si se tiene en cuenta que el turismo, como principal actividad económica, provoca una sobrecarga periódica en la circulación vial con la particularidad de que la mayoría de los conductores desconocen las manos y contramanos y los accesos alternativos al microcentro.

Para peor se desplazan con distracción propia de quien está de paseo, disfrutando del bello paisaje lacustre.

En los dos años que lleva de gestión el intendente Alberto Icare tomó medidas rápidamente para el ordenamiento del tránsito vehicular que, si lugar a dudas, mejoraron la circulación dentro del caso urbano.

La reorientación de la circulación en puntos neurálgicos de la ciudad, el fortalecimiento del sistema de estacionamiento medido y la implementación del refuerzo del cuerpo de inspectores son algunos de los aciertos alcanzados por el gobierno comunal.

En el otro platillo de la balanza adquieren un peso singular peso la contracara de estas medidas: las carencias de indicadores de circulación, tanto horizontales como verticales, y la ausencia de autoridad competente para el control de infracciones a las leyes de tránsito.

La policía de tránsito del municipio está abocada, casi por completo, al control del sistema de estacionamiento medido que se extiende sobre las cuadras céntricas del casco urbano, donde complementa tareas con los inspectores de la concesionaria del servicio, Altec.

Un vecino se quejó días atrás de que «los inspectores persiguen muchísimo a los conductores cuando va a estacionarse, pero no hay nadie que sancione al conductor que comete infracciones graves como girar en 'U' o riesgosas, como pasar a velocidad alta frente a las escuelas cuando salen lo chicos. Esos puntos hay que cuidarlos más porque pueden traer peligro».

Tampoco hay personal idóneo para cubrir la seguridad de los alumnos de escuelas públicas y privadas, muchas de las cuales están ubicadas en zonas de importante circulación vehicular donde ya se registraron diferentes accidentes de distinta gravedad.

Por otra parte, la fuerte concentración de inspectores en el servicio de estacionamiento medido no impide que vehículos de carga y transportes de pasajeros se estacionen en doble fila en las principales arterias comerciales de la ciudad e incluso hagan descender al pasaje sobre la acera. Esto crea problemas no solo para los vehículos, sino para los transeúntes.

Algo parecido sucede con la señalización vertical y horizontal de calles y avenidas de la ciudad. La mayoría de los carteles y demarcaciones realizadas por el municipio se concentran en el área afectada al sistema de estacionamiento medido.

Fuera de ese sector, que comprende al microcentro, los pocos indicadores existentes son escasos o poco visibles. En los barrios más alejados se suma el problema adicional de la falta de veredas y cordón cuneta que, en muchos casos, obliga a los peatones a circular por la acera peligrosamente cerca de los automóviles.

También E.Bustillo y Pioneros, las dos rutas vecinales que atraviesan el ejido urbano de este a oeste, carecen de toda demarcación sobre la cinta asfáltica y exhiben muy pocos carteles que indiquen velocidades permitidas, curvas y zonas peligrosas.

La excepción a la regla está dada por las mejoras e indicadores colocados en algunos tramos de Bustillo por las juntas vecinales.

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