Faltan espacio e instrumentos en la Casa de la Música de Plottier

PLOTTIER (AN)- La Escuela de Música de Plottier se inauguró hace más de dos meses. Todos los días 150 chicos pasan por sus aulas, pero la falta de materiales, espacio y mobiliario hacen que el trabajo sea arduo.

«Tenemos problemas con el espacio porque las aulas son muy pequeñas y sólo podemos trabajar con la mitad de los alumnos», manifestó la directora de la escuela, Marta Schumann. El colegio cuenta con cuatro aulas, la más grande tiene capacidad para 20 personas y en la más pequeña apenas caben media docena de alumnos.

Al momento de inaugurarse este centro de estudios musicales, la intendenta Pilar Gómez, se comprometió a brindar los elementos necesarios para el funcionamiento. Dos meses y medio después el colegio aún no tiene teléfono, ni computadora, equipo de audio portátil, piano o teclado y armarios.

Además, no se sabe bien por qué pero faltan las alfombras que deben cubrir el piso de cemento alisado.

«Estamos esperando que nos pongan el teléfono porque no podemos estar funcionando así, nadie se puede comunicar con nosotros», manifestó Schumann.

Diez profesores trabajan en la escuela a la cual concurren niños y jóvenes de hasta 22 años. De momento la lista de espera para poder aprender piano, percusión y guitarra llega a los 130 chicos. «Nos sentimos mal al no poder dar respuesta a todas las personas que quieren estudiar», aseguró Schumann.

La directora manifestó que se está tramitando ante el Consejo Provincial de Educación la apertura del turno mañana.

La medida, según comentó, podría solucionar el problema del espacio, de los chicos en espera y de la cantidad de adultos interesados en estudiar y que de momento no pueden hacerlo.

«Si tuviéramos turno mañana, además del de la tarde que ya existe, podríamos disponer mejor los espacios y recibir a más chicos», manifestó Schumann.

Además de las carencias, la falta de espacio no sólo está dejando sin chances de estudiar a muchas personas sino que además está precarizando la enseñanza a los que han logrado acceder.

Esto sucede porque en algunas clases los docentes deben dividir el curso en dos y dar sólo una hora de clase a cada grupo en lugar de dos, con lo cual a fin de cuentas se los chicos están perdiendo la mitad de su formación.

Según las condiciones por las cuales fue creada la escuela, en cinco años se evaluará el desempeño y la cantidad de alumnos que asisten para ver si continúa o no en funcionamiento. «No es fácil trabajar con tantas carencias pero no nos vamos a quedar quietos y vamos a hacer que la casa tenga su propio espacio entre la comunidad», concluyó Schumann.