«Faltará de todo, pero hay calidad»

Mi papá -de 87 años- sufrió una caída y, como consecuencia de ello, una fractura de rótula. En el hospital de Junín de los Andes fue inmediatamente asistido por el Dr. Diego Fournier, quien determinó la urgencia de una cirugía. El cardiólogo, Dr. Chiurchu, advirtió que era riesgoso dados la edad del paciente y sus antecedentes cardiológicos, por lo cual se lo derivó al «Castro Rendón», en Neuquén capital, en virtud de las tantas carencias de equipamiento del hospital local.

Es en este punto en el que resalto la palabra «agradecimiento». Acá faltan salas de terapia intermedia e intensiva, equipamiento y ambulancias, pero lo que este hospital tiene en común con el «Castro Rendón» no tiene precio: la calidad humana y profesional. Los médicos superan su función, son cálidos, comprensivos, excelentes… así como el equipo de enfermeros y los administrativos, ya que han cuidado a mi padre de una manera impagable. El Dr. Sebastián Solzone, el traumatólogo que lo operó, ayudó en forma muy comprometida para que pudiera regresar a Junín cuanto antes.

¡Gracias, Dres. Fournier, Chiurchu y Solzone! Y también a todos los que no nombro. Ojalá los hospitales estuvieran a la altura de los profesionales que en ellos trabajan.

Graciela Lucía Bufalo, DNI 14.748.389

Junín de los Andes


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