Faros del universo teatral
Los nombres de los más respetados, talentosos y profundos creadores del teatro argentino están presentes a todo lo largo de la Fiesta Nacional del Teatro.
Todos personajes disímiles, mentes brillantes, sujetos con luz propia, que alumbran el sendero del teatro sobre o bajo las tablas. Nacidos en épocas diferentes, formados en espectros diversos, ellos son los que le imprimen aún más jerarquía a esta Fiesta Nacional.
La figura de Roberto «Tito» Cossa marcó un antes y un después en el género, movió cimientos aplastados, fue un iluminado, un profeta de la originalidad, del procedimiento poético. El padre de «La nona», «Yepeto», «El viejo y el criado», «Nuestro fin de semana», y «Ya nadie recuerda a Frederic Chopin» orienta a los extraviados, el verdadero faro del teatro. El le dará aún más calidad y jerarquía al festival, por eso se lo homenajeará. Vaya si es merecido.
En la actualidad ellos dividen las aguas, son los más relevantes en este «mundillo» argentino. El dramaturgo Mauricio Kartún trae al Valle la vedette de la fiesta, su obra «La Madonnita», que también dirige. Es la más espe
rada de todas y en la que existen sobradas expectativas, sobre todo por el calibre de su creador, quien desde 1973 le imprimió sello personal a más de quince obras teatrales, entre originales y adaptaciones.
Del otro lado, a la cabeza de la nueva generación teatral, el joven José María Muscari, el irreverente e impactante director, un joven que hoy está en boca de todos por la desafiante versión de la sofocleana «Electra», que montó en el Maipo y que ahora está en cartel en el teatro Lorange. Descenderá en nuestras tierras -invitado especialmente- con su obra «Shangay», pieza que deja al desnudo los gustos y las concepciones de Muscari.
Lito Cruz fue homenajeado ayer en General Roca, en el Auditorio de la Fundación Patagonia. El histórico actor fue el primer presidente del Insti
tuto Nacional de Teatro y es uno de los artistas más respetados del país. Qué más decir. Otro que iluminará los pasillos de la Fiesta será Alejandro Doria, sobre todo los de la biblioteca Bernardino Rivadavia de Cipolletti. Es que hoy a partir de las 18 expondrá su profunda mirada acerca de «los componentes teatrales en el cine y la televisión». Quién no recuerda la desopilante «Esperando la carroza».
Rubén Szuchmacher y Guillermo Heras son dos «ilustres» más dentro de esta constelación. El argentino tiene siete películas filmadas (entre ellas «El sur de una pasión», el «Yepeto» de Cossa, «Lola Mora» y «El censor», y en teatro su historia es tan basta como brillantes.
El estará encargado, junto con Lisandro Aristimuño y José Luis Valenzuela -dos «eminencias»-, de las devoluciones a los grupos. Mientras que Heras -viene a brindar el seminario «Los procesos de la creación y producción escénica, el jueves 31 a las 18 en la universidad de Flores de Cipolletti-, muy conocido y reconocido en el país, sobre todo en Mendoza, es un especialista en gestión cultural, dramaturgia y poesía. Un amante de lo variado y lo multidisciplinario.
Ellos, más Jorge Edelman, Mauricio Kurcbard, Pablo Canedo, Raúl Sansica, serán invitados de honor.
Los faros del camino.
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