“Felices 100 años Barda del Medio”
Esta carta sólo quiere reflejar nuestro cariño por este lugar. Brindamos por el dique en sus cien años, por el Club Obrero Dique en sus 80 años y por la escuela Nº 37 en sus 100 años. Nosotros somos seis hijos producto del casamiento de Carmen y Belindo Villalba, orgullosos de haber nacido gracias a ellos en este lugar pequeño pero lleno de alegría que de alguna manera dejó una impronta en nuestras vidas. Hoy, a 100 años del nacimiento de nuestro pueblo, queremos rememorar con orgullo a nuestros padres y a todos los bardenses que hicieron posible que un retazo de nuestras vidas haya sido colmado de tanta felicidad. No queremos dejar de homenajear a los ingenieros Cipolletti y Decio Severini por su imprescindible aporte a la construcción de esta obra hidráulica que posibilitó que numerosas familias, entre ellas la nuestra, pudiesen arraigarse y nosotros crecer con maravillosos recuerdos y una acendrada cultura del trabajo, de sentido de la familia y la solidaridad entre los pueblos vecinos. En nuestra memoria tenemos presente lo hermosa que fue nuestra niñez y adolescencia: poder caminar por sus calles arboladas, disfrutar de aquellas tardes en el balneario y los domingos ir a la cancha, caminando hacia el faro, subiendo por el caracol, y contemplar el paraje del río Neuquén desde el dique. En aquellas épocas también disfrutábamos del cine por actos y hacíamos hinchada en la cancha del Club Obrero Dique y, de pasada, mirábamos como practicaban tenis algunos vecinos. También nuestro padre, junto a vecinos, jugaba a las bochas y la pelota frontón. Todo esto transcurría ante nuestros ojos en la década del 40. Cómo no recordar a nuestra escuela Nº 37, a su director Piscitelli y señora, a los maestros Cazeaux, Escudero, Gullot, Boffa, Pezzi, Heraldo García y señora, Navarro, Jacobo, Gasque, Fernández. También teníamos hospital y venían de lejos para atendernos. Vaya nuestro agradecimiento a los Dres. Bolthauser, Polemani, Podjarnik, Burd, Awada y Trivellini y a los enfermeros Federico Smith y Gabino Vega, que ayudaron a tantos niños a nacer. Por aquellas épocas comprábamos la mercadería en la proveeduría oficial… y ese rico pan que hacían Lledó y Ortiz, y el carnicero Tito Salinas, los vascos López y Mendeguía que nos traían la leche de su tambo en el paraje “El Quince”. También queremos resaltar a los comerciantes que apostaron a un futuro como González, León, Jacobo, Elías, Tronelli y Esteban y el taller mecánico llamado “El Alemite” de Villalba, López y Egulian. Nuestro querido Barda del Medio fue punta de rieles y se llamaba 1.218, pues ése era el número de ferrocarril. Desde esta estación se enviaba el carbón de la mina Auca Mahuida y se despachaba toda la fruta cultivada y procesada en los galpones de Centenario y Vista Alegre. También recibimos inmigrantes italianos con los cuales compartimos largos días y tantos recuerdos que inundan nuestros corazones de orgullo y alegría, pero nuestra juventud además se llenó de gozo con los bailes en el Club Obrero Dique, la orquesta de Juan Carlos Perego y los carnavales de todos los años que con algarabía recibíamos. En fin… ¡qué lindo eras Barda del Medio! Con tu gente, con tu belleza, con tu río Neuquén alborotado de agua, manantial de esperanzas, de futuro y de amor, que nosotros aún cobijamos con añoranza en nuestros corazones. ¡Feliz aniversario Barda del Medio! Por Judith, Elena, Nilda, Belindo, Elda y Olga Judith Villalba DNI 9.732.344 Centenario
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