“Final de partida”

(“Okuribito”). En inglés fue titulada como “Salida”. Aquí se le rinde un equívoco homenaje a la obra de Samuel Beckett. Pero en el guión no hay tal metafórica partida de ajedrez ni un ambiente opresivo donde los personajes se llevan pésimo. Por el contrario, la obra de Yôjirô Takita, ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera, habla de la armonía implícita al ritual con el que se despide a los muertos en Japón. Daigo es un músico que pierde su trabajo cuando su orquesta en Tokio se disuelve. Entonces él y su esposa deciden volver a su pueblo en la provincia de Yamagata. El ahora desempleado violonchelista consigue un trabajo como asistente de un hombre que se dedica al ritual mortuorio. El equilibrio y la fragilidad en tanto conceptos estéticos atraviesan este singular filme.


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