“Floridia me confesó que llevó a ‘Bachi’ a Bahía Blanca”

VIEDMA (AV).- “Floridia me lo confesó, me dijo hacete la viva que te voy a llevar a Bahía como lo llevé al otro. Ese otro era mi marido”, recuerda Cristina Cévoli, la viuda del ex legislador Eduardo “Bachi” Chironi, quien fue detenido en Viedma en 1976 y trasladado a Bahía Blanca, donde fue víctima de torturas y vejámenes. Chironi falleció hace dos años, en esta capital. Osvaldo Vicente Floridia, ex integrante de la Policía Federal, fue detenido el viernes en su casa, imputado por aquellos hechos ocurridos en plena dictadura militar, que están siendo investigados por un juzgado de la ciudad bonaerense. Cévoli recuerda que “Floridia había participado en esos días en un allanamiento que hicieron en lo de mis padres, pocos días después de llevarlo a Bachi a Bahía. Me acuerdo que le habían hecho pelota el almácigo de eucaliptos franceses buscando armas pero lo único que había eran una revista de El Descamisado del día de la muerte de Perón y un ejemplar de Evita Montonera con un informe económico interesante que yo había escondido debajo de un ladrillo”. Agregó que “ese día no me llevaron a Bahía no sé por qué razón. Me decían que había armas y yo le decía que no. Estaba verde la cuadra, entre el distrito militar completo, los soldados excavando, algunos policías federales de particular, entre ellos Floridia”. Dos o tres días después de aquel procedimiento –según relató la mujer ayer a Frecuencia VyP de Viedma– “van de vuelta a llevar un papel y me pregunta Floridia: ‘¿qué hacés vos acá?’ ‘Estoy en la casa de mis padres’, le dije con sorna. Y me confesó: ‘Hacete la viva que te voy a llevar a Bahía como lo llevé al otro’. Ese otro era mi marido”. Esas declaraciones Chironi y su mujer las hicieron en 1984. El año pasado, Cévoli amplió sus dichos y reiteró estos datos acerca de la participación de Floridia en el traslado desde Viedma a Bahía de Chironi y Jorge Abel, otro viedmense detenido y torturado. “Bachi sabía que había tres personas en el auto, uno era Abelleia, el otro le dijo que me conocía, ése era Floridia. Ahora, lo que uno siente son sensaciones encontradas porque por fin se hace justicia, pero cuando es lenta no es justicia”.