«Fóbicos a lo que se sale de lo establecido»

– Douglas Janoff, ¿qué sucede en los casos en que las víctimas fueron lesbianas?

– Primero las violan y luego las matan, porque se sienten rechazados en su condición de hombres. Los asesinos que respondieron a mis preguntas, la mayoría dijo que de chicos fueron rechazados o abandonados por sus madres, y que no soportaban la idea de rechazo por otra mujer. Se sienten tan rechazados que necesitan controlar a esta mujer, saber que si no es él a quien elige no será nadie.

– ¿Y el papel de la policía, las investigaciones que realizan?

– El robo y la violencia en cualquier país van siempre de la mano. El asesino no sólo limpia su arma luego del asesinato sino que se lleva consigo, en muchos casos, todas las pertenencias de la víctima. En casi todos los hechos, la policía minimiza estos ataques homofóbicos, alegando que son «crímenes pasionales». Sin embargo, a pesar de disfrazar el argumento, lo que no se puede ocultar es que existe un contenido de odio, de represión de esta sociedad, y que se traduce en todos los cuerpos mutilados que a lo largo de los años se analizaron.

– ¿Cuál fue el caso que más le llamó la atención?

– Había un hombre que ponía anuncios clasificados en los que pedía hombres heterosexuales para relacionarse. Un día, un muchacho que salió de la cárcel lo apuñaló 144 veces.

En Vancouver, un asesino alegó que había conocido a la víctima en un bar gay y que luego de tomar unas copas en su casa, lo mató porque le había propuesto tener sexo. Lo descuartizó con cuatro cuchillos. A la hora del arresto, adujo haberlo hecho porque de chico había sido abusado sexualmente, y porque «odiaba todo aquello que lo hacía odiarse a él». La violencia de la calle da cuenta que matan mas a los amanerados, a los que connotan a simple vista su condición homosexual.

-¿Y la solución?

Los asesinos salen pronto de las cárceles. Los casos no son estudiados. Cumplen condenas por el robo o el asesinato, pero nunca se analizan como para abordar a la sociedad desde otro lugar. En vez de hacer cumplir condenas interminables, de gastar dinero en hombres y mujeres «en purgatorios de acero», es necesario comenzar a educar un nuevo ciudadano.

La solución, está en la educación. ¿Tan difícil es entender esto? Hay que educar, mostrarle al niño que todos debemos convivir; que debemos aceptar, dentro de las normas de una sociedad civilizada, al vecino tal cual es.

La misma sociedad tiene un gran sistema que por un lado promueve la diferencia pero también «educa», desde las faltas de igualdades y derechos, a hombres y mujeres, cada vez mas intolerantes, y fóbicos por lo que se sale de la senda establecida. (O. S)

Nota asociada: La Homofobia, otro signo de intolerancia: Cuando la violencia contra los homosexuales llega incluso hasta el asesinato  

Nota asociada: La Homofobia, otro signo de intolerancia: Cuando la violencia contra los homosexuales llega incluso hasta el asesinato  


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