Folclore desde siempre y para siempre

No sería posible imaginar a uno de los Toro haciendo algo que no sea folclore. O tal vez sí, pero el folclore está en su misma esencia, lo llevan en la sangre, lo mamaron desde chicos y desde chicos hicieron de este género la mejor expresión de la familia.

Facundo Toro, uno de los exponentes jóvenes del folclore argentino, de la camada más exitosa de estos tiempos, es una de las expresiones de esa familia, cuyo padre, Daniel Toro, fue un consagrado en el escenario, autor de muchas canciones y virtuoso en la materia.

Facundo Toro vive un presente de éxitos, está en vías de grabar su séptimo disco y aspira a alguna vez poder juntar a todos los Toro que se dedican a la música y hacer un buen espectáculo.

Habló con «Río Negro» del presente de la música, de los proyectos, del país, del género.

-Después de Cosquín, de veranos con agenda completa, qué hacen los famosos del folclore el resto del año?

-Todo el año hay festivales, ahora un poco parados por los cortes de

ruta y los problemas del campo, pero estuvimos haciendo cuatro o cinco festivales por mes. Por lo pronto estamos en Córdoba grabando un nuevo disco, el séptimo desde que canto solo. El último lo había sacado hace más de un año.

-¿Y qué tendrá este nuevo trabajo?

-No sé cómo definirlo, pero en cierto modo es una vuelta atrás, una vuelta al pasado. Sí, ya sé, suena raro, pero es así, elegí temas viejos y temas nuevos con aroma a viejos, algunos míos, otros de varios autores más. Es volver en el tiempo, es bien folclórico. Saldrá más o menos en un mes más.

-Pero es distinto a todos…

-Sí, es muy diferente. En el folclore está todo inventado, la música que hacemos muchos «innovadores» de hoy ya se hacía hace décadas, la clave está en saber reconocer esas cosas y ponerle personalidad a cada trabajo y el toque de cada uno.

-¿Los Nocheros fueron innovadores?

-Ellos sí, pero hicieron eso, ponerle estilo propio a cosas que ya se conocían, para el público era algo nuevo, pero para nosotros que estamos todo el día con la música no porque lo veníamos escuchando hace años no sólo en las voces de Los Nocheros, sino también en Los Nombradores, Los Tucu Tucu, en Los Nocheros de Anta y en varios más.

-¿El fenómeno Nocheros los favoreció o los perjudicó?

-Nos favoreció a todos, siempre y cuando seamos auténticos y no imitadores.

-¿El trabajo que vos hacés, es puramente folclórico?. Pregunto esto porque algunos afirman que lo tuyo es un poco folclore y otro poco de otros géneros.

-Hice de todo. Este disco que hago ahora es el más folclórico. Me volqué a lo tradicional, a lo que aprendí de chico. No busqué fusionar nuestra música con nada, en un momento lo hice, para mostrar que tenía otras inquietudes y otras ideas en la cabeza, pero ya lo hice, me fue muy bien y ahora quiero hacer un disco que no hice nunca.

-¿Cómo comenzaste?

– Tocando en asados, en guitarreadas, cantando zambas, huainos, chacareras. Cantamos en algunos lugares por el vino y las empanadas,

en otro lado nos pagaban 10 pesos la noche y cantábamos horas y horas, pero era maravilloso.

-¿Tenés amigos dentro del folclore?

-Sí, tengo muchos amigos, con Los Tekis nos conocemos desde hace mucho tiempo, con Los Nocheros, soy muy amigo del Chaqueño Palavecino que ahora me invitó a Salta, con Raly Barrionuevo, con Abel Pintos, seguramente me olvido de algunos, pero tengo muchos amigos.

-¿De qué sello saldrá el próximo compacto?

-Sale con el sello Marka, pero está producido por mi. Tengo mi propio estudio de grabación, se llama el Pasajito Récord, ahí grabamos varios.

-¿En la familia son todos folcloristas?

-Somos cinco los que hacemos folclore, mi hermano Carlos está en El Gualicho, pero sí, todos hacemos folclore, incluso mi padre que en realidad es el precursor.

Ahora estamos haciendo con mi padre una gira paralela a la grabación, es un íntimo, las voces de los dos y sólo la guitarra, como un acústico, estuvimos en Buenos Aires, en Córdoba y en otros puntos del país.

-¿Conocés la Patagonia?

-Sí, es muy linda esa parte de mi país. Estuve muchísimas veces, en la Patagonia más austral.

Jorge Vergara