Forestación de álamos y sauces en tierras marginales

Los primeros resultados de experiencias llevadas a cabo en la región generan expectativas. Se pueden aprovechar islas que en muchos casos están abandonadas para generar un recurso renovable.

Sistema de plantación a napa profunda

La superficie de la región que carece de riego no es nada despreciable, y son pocos quienes pueden afrontar por sí solos una obra para irrigar sus campos. Esperar a que desde el sector público se impulse una ampliación de la infraestructura existente no es una opción a corto y mediano plazos. ¿Qué hacer, entonces, con esas hectáreas que actualmente se encuentran improductivas? Al menos una parte de las mismas puede destinarse, por las condiciones que presentan, al desarrollo de una forestación aplicando el método de plantación a raíz profunda. En ediciones anteriores se han destacado las ventajas de esta práctica, que consiste básicamente en introducir plantas a una profundidad tal que sus raíces alcancen el nivel de la capa freática en el momento de menor caudal.

En este sentido, sólo entre los sectores bajos e islas, el potencial de la cuenca del río Negro sería de unas 40.000 hectáreas, según surge de un trabajo presentado por N. Serventi y J. García en las Jornadas de Salicáceas llevadas a cabo en Neuquén en el 2011.

Desde el punto de vista ambiental, los autores remarcan como una ventaja adicional de este tipo de plantaciones el hecho de que generan la posibilidad de consolidación de costas y/ márgenes del río a partir de un procedimiento biológico, con las posteriores ventajas en cuanto a la regeneración de un ambiente natural para restaurar condiciones favorables la avifauna. El fenómeno más importante que ofrecen los álamos y los sauces a través de sus poderosos sistemas de raíces es el de fitorremediación, ya que estas especies tienen la capacidad de capturar y transformar una amplia variedad de compuestos orgánicos contaminantes (nitritos, nitratos, entre ellos) de aguas servidas y metales pesados tales como cadmio, boro y mercurio puesto que las raíces actúan como verdaderos filtros biológicos.

Desde el punto de vista económico este sistema de plantación se puede realizar en tierras de bajo costo, la mayoría de las cuales no está afectada a la producción primaria. Además, este sistema forestal cuenta con la ventaja de tener un bajo costo de mantenimiento ya que no requiere riego durante su ciclo de desarrollo, que se estima en 15 años, período durante el cual puede convivir con sistemas silvopastoriles de cría y engorde de ganado vacuno y/u ovino.

De esta forma, a través de un plan de desarrollo regional en pocos años se podría generar un recurso económico genuino y sustentable en el tiempo.

Costo de implantación

En el trabajo referido, Serventi y García consideran el caso hipotético de una zona baja inundable o una isla, donde se pueden presentar distintos escenarios forestales según el tipo de suelo y la profundidad de la napa permanente. A partir de este supuesto presentan cuatro modelos forestales teóricos y detallan para cada uno el costo directo de plantación, que en ningún caso supera los 8.250 $/ha. (Ver infografía)

En todos se contempla la utilización de una retroexcavadora sobre ruedas con hoyadora hidráulica, aunque en dos se plantea el supuesto de que este servicio sea contratado, lo que genera un impacto de 1.246 pesos en el costo.

La otra variable que diferencia los modelos son las plantas; cuando deben comprarse, el costo directo se eleva en 890 pesos.

En la región

Existen ya en las cuencas de los río Negro y Colorado experiencias de forestación de álamos y sauces bajo el sistema de plantación a raíz profunda. Los primeros resultados son promisorios y anticipan un futuro donde estas plantaciones pueden adquirir una importancia ambiental y económica en la Norpatagonia. En este artículo se presentan en forma breve dos casos regionales: por un lado, el desarrollo forestal en la estancia Santa Nicolasa de Chimpay, que contempla plantar 1.500 hectáreas en 15 años, y por otro, el aprovechamiento de una isla sobre el río Negro, próxima a Guardia Mitre.

La diferencia en las condiciones del suelo y la disponibilidad de recursos pone de relieve la importancia que tiene una correcta definición de la metodología de plantación para alcanzar el éxito.

Los interesados en obtener mayor información pueden contactar al técnico regional de la Dirección de Producción Forestal del Magyp, Ing. Ftal. Julio D. García, ingresando al blog http://patagoniavallesirrigados.blogspot.com.ar, o llamando al (0298) 154527959.


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