Fracasa reunión y peligran los servicios en EE. UU.

WASHINGTON.- La perspectiva de una parálisis de servicios públicos a causa de un bloqueo en el Congreso creció ayer con el fracaso de una reunión entre líderes republicanos y el presidente Barack Obama, que afirmó que no alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto sería “inexcusable”.

“A pesar de que mantuvimos una buena discusión, no llegamos a un acuerdo”, declaró la oficina del presidente republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, tras un encuentro en el Salón Oval de la Casa Blanca con Obama, el jefe de los demócratas del Senado, Harry Reid, y dos presidentes de comisiones legislativas.

Boehner “dijo al presidente que la cámara no se dejaría acorralar y elegir entre dos malas opciones para el país”, es decir un presupuesto sin “verdaderos recortes de los gastos” o “una parálisis del gobierno a causa de la inacción del Senado”, agregó.

Obama subió el tono tras la reunión, afirmando que no lograr un acuerdo –lo cual provocaría el cierre de varios servicios estatales– sería “inexcusable”.

Dominado por los aliados demócratas –a diferencia de la cámara baja– el Senado debe autorizar el presupuesto para que sea definitivamente aprobado.

Presionados por el ala derecha y el movimiento conservador “Tea Party”, los republicanos prometieron reducir en 100.000 millones el proyecto de presupuesto 2011 del presidente.

De esa cifra –calculada a partir de la ley financiera de 2011, que nunca fue aprobada– los demócratas están dispuestos a aceptar un ahorro de 73.000 millones de dólares en todo el ejercicio, que culmina el 30 de septiembre.

“Intentamos dar un primer paso hacia una reducción de los gastos para controlar el déficit, pero al mismo tiempo tratamos de evitar una parálisis de la administración”, afirmó el jefe republicano de la comisión de Presupuesto de la cámara baja, Paul Ryan, a la cadena CBS.

Según él, la pelota está en la cancha de Reid, cuya bancada deberá validar el presupuesto.

A falta de un acuerdo, el comienzo del ejercicio 2011 estuvo marcado por la aprobación de seis presupuestos provisionales en el Congreso, permitiendo cada vez evitar el cierre de los servicios no esenciales de la administración. El último expira el viernes próximo.

Los republicanos presentaron ayer una contrapropuesta de presupuesto con drásticas reducciones, superiores a 4 billones de dólares en 10 años. El plan propone reducciones de impuestos para las empresas y los estadounidenses más ricos, al tiempo que preconiza el control de gastos de salud, reformando programas de seguro de enfermedad para las personas de edad (Medicare) y para los más pobres (Medicaid).

AP