Fundación Bariloche cumple 50 años con renovada vitalidad

La prestigiosa institución nació en 1963 y hoy celebra sus bodas de oro con nuevas metas.

CIENCIA

La Fundación Bariloche celebra este jueves 18 medio siglo de vida, en un contexto favorable que le permite recorrer con orgullo los frutos de su prolífica historia y cosechar los logros del resurgimiento vivido a partir de 2001, período en el que volvió a afianzar sus objetivos y renovar metas.

La descripción sintética de sus actividades la señala como: “una institución privada de bien público, sin fines de lucro, asociada a la Universidad de las Nacionales Unidas, a la Unesco, a la Federación Internacional de Institutos de Estudios Avanzados (IFIAS) y a la Asociación de Televisión Educativa Iberoamericana (ATEI)”.

Esta organización académica, fundada el 28 de marzo de 1963, también fue designada como unidad asociada al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnología, Conicet, a partir de 2011, estatus que atrajo a jóvenes investigadores hacia el proyecto en los últimos dos años.

Pero vista desde su trayectoria y esencia, tal vez se la pueda describir mejor como la institución más “libre” e innovadora en la producción de investigación y conocimiento entre los prestigiosos organismos que integran el universo científico e intelectual de la ciudad.

Paradogicamente es también la menos conocida por la sociedad que la alberga, le da nombre y hacia la cual dirige buena parte de sus preguntas y saberes.

Desde su génesis surge con claridad esa mirada distinta que abreva en las ciencias duras con profundas inquietudes humanístas y que apunta a la producción del conocimiento y planificación del desarrollo desde la dignidad humana.

Esa búsqueda se cimentó a lo largo de medio siglo con pasión por frente a los desafíos académicos e institucionales, una profunda dedicación, una enorme libertad académica y cierto espíritu rebelde.

La FB comenzó con el desarrollo de “programas interdisciplinarios de creación e investigación aplicada y desarrollo tecnológico” en minería, medio ambiente, economía de la energía, computación e informática, problemas socio económicos del desarrollo y modelos matemáticos de simulación, entre otros campos.

En esa etapa inicial y como parte del programa de formación musical avanzada creó la Camerata Bariloche y contaba con seis departamentos académicos y que produjo el Modelo Mundial Latinoamericano de Transferencia de Conocimiento, uno de los documentos más solicitados en la última década con el resurgimiento del debate sobre los modelos de desarrollo.

En la actualidad el trabajo de la FB está organizado en cuatro departamentos académicos: Energía, Filosofía, Política y Desarrollo Integrado y Medio Ambiente y Desarrollo que, siguiendo la tradición de la institución, trabajan en proyectos medulares para el futuro de la región inmediata: Patagonia, y la más región más amplia: Latinoamérica.

Para ello cuenta con un plantel de 40 personas de las cuales 30 son investigadores, la mitad asociados o vinculados al Conicet.

“Río Negro” se aproximó a buena parte de esa rica historia, el pujante presente y el promisorio futuro de la Fundación en una ameno diálogo con sus principales referentes académicos: el vicepresidente Nicolás Di Sbroiavacca, el apoderado y miembro del Consejo Administración Víctor Bravo, y los directores Oscar Nudler (Filosofía), Héctor Pistonesi (Energía) y Alberto Abaleron (Política y Desarrollo Integrado).

Di Sbroiavacca relató que “hay un resurgimiento de la FB a partir de 2001, con la finalización de la década del 90 y la tendencia de volver a poner en tela de juicio los modelos de desarrollo recurriendo a los viejos modelos que había sido dejados a un lado en pos de los mercados”.

El investigador confirmó que uno de los documentos más solicitados fue el Modelo Mundial Latinoamericano y que “a partir de ahí se concretaron muchos proyectos vinculados al desarrollo sustentable en el caso de la energía, poniendo en una paridad la economía, el ser humano y el ambiente”.

Bravo recordó las épocas negras en que peligró la institución y muchos de sus integrantes, perseguido por la dictadura militar a partir del 76 y la nefasta década del “Menemato” cuando el ex ministro Cavallo los mandaba a “lavar los platos” y coincidió al evaluar la última década como una etapa de impulso a la producción de conocimiento e investigación científica.

Aunque aclaró que en su opinión “no es mérito específico de ningún gobierno sino producto de un país que va creciendo” y Pistonesi completó la reflexión señalando que ese resurgimiento “un fenómeno que se dio en toda Latinoamérica”. En tal sentido, Bravo sostuvo que “cuando hay libertad el saber florece, se mueve mejor”.

Por su parte Alberto Abalerón explicó que “nunca hubo en la historia de la FB maridaje con las autoridades de turno, si con las políticas de Estado pero siempre fieles a los principios de la institución”.

En este punto del diálogo vale hacer una cita textual del Estatuto de la Fundación que en su artículo 3 establece como objetivo: “promover la enseñanza y la investigación científica en todas sus ramas sobre la base de una sólida cultura humanista y dentro de los principios democráticos propios de nuestro régimen constitucional”.

Es difícil resumir el prolífico desempeño de sus cuatro departamentos sin incurrir en olvidos penosos. Lo que sigue es un punteo escueto e incompleto de los principales proyectos en marcha:

* El departamento de Energía: Recientemente dio origen al Instituto Energético del Mercosur (IEMSUR) junto a las universidades de Río de Janeiro (Brasil), de Chile y de la República (Uruguay).

Y se apresta a iniciar un estudio sobre el cambio climático y la vulnerabilidad del recurso hídrico en la región del Comahue para desarrollar herramientas para el manejo de la energía en la próxima centuria, financiado por el IDRC de Canada.

* El departamento de Política y Desarrollo Integrado: tiene una larga lista de proyectos enfocados en la región entre los vale señalar el proyecto de evaluación de la evolución de las desigualdades socio territoriales en Iberoamérica ante la crisis financiera global, focalizado en Argentina, México, Brasil, Colombia y España. Dentro de esa iniciativa hay un becario del Conicet trabajando sobre la evolución del precio de la tierra urbana en Bariloche.

También merece mención el subprograma de: Gestión y Planeamiento Estratégico en áreas naturales protegidas, pertinente a la región.

* El departamento de Filosofía: merecería un capítulo aparte por la particularidad de su enfoque académico, que tiende al campo de la aplicación de los conocimientos. Algunos de los proyectos innovadores que tiene en marcha son: Filosofía de la Tecnología, que busca medir el impacto del desarrollo tecnológico en la evolución social y humana; Filosofía y ética ambiental, que apunta a la conservación de la biodiversidad; e Historia de la Filosofía, que estudia el impacto de la Historia Antigua en el presente de le educación y la sociedad.

* El departamento de Medio Ambiente: tiene varias iniciativas en curso relativas al impacto del desarrollo en el Medio Ambiente, Pobreza y Medio Ambiente en Argentina, Difusión Espacial de la Pobreza y Destrucción del Patrimonio Natural, entre otros tantos de relevancia fundamental para el desarrollo regional y nacional.

rionegro.com.ar


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