Gabriel Rolón propone un lugar de encuentro con el público local

El psicoanalista y escritor Gabriel Rolón volverá a la región desde mañana y hasta el domingo para –según explica– establecer un diálogo con su público. Las “sesiones” desde un escenario serán mañana a las 21 en Casa de la Cultura, de Roca; el sábado a las 22 en la sala Hugo del Carril de Cinco Saltos, y el domingo a las 23 en el casino Magic de Neuquén. A través de su correo electrónico, el autor de “Historias de diván”, “Los padecientes” y el más reciente “Encuentros (el lado B del amor)” habló con “Río Negro”. –Esta nueva propuesta que acerca a la región propone un diálogo con la gente. ¿Cuáles son los temas que más surgen en estos encuentros? –Hay dos temas que monopolizan los encuentros y diría que toda charla medianamente seria entre las personas: el amor y la muerte. Y estas charlas no escapan a eso. Por supuesto que en un sentido amplio de esos términos, ya que cuando hablamos de amor no sólo hablamos de pareja sino de relaciones entre padres e hijos, erotismo, sexualidad, infidelidad, celos, etc. Y cuando hablamos de muerte no siempre remite a la muerte física, sino a la pérdida de un sueño, de un proyecto, de una familia. –Éste es un país muy psicoanalizado, pero ¿por qué cree que la gente se vuelca tanto a los libros y a la difusión? –Tal vez porque leer es fácil y analizarse difícil. Sostener un análisis es complejo, hay que poner empeño, compromiso, dinero, tiempo. Pero, por supuesto, no se pueden ni siquiera comparar los efectos de leer un libro al de transitar el camino de un psicoanálisis. –Cómo analiza el fenómeno que protagonizan tanto usted como Pilar Sordo, en el sentido de la cantidad de gente que convocan y de libros que venden… –Creo que somos dos autores muy diferentes. Conozco y quiero a Pilar, es una excelente persona, una profesional que trabaja muy seriamente y, además, sostiene sobre el escenario una presencia realmente impactante. Pero escribimos de cosas muy distintas y desde un lugar que no es el mismo, a pesar de que ambos somos psicólogos. En todo caso, supongo que para aquellos a los que la psicología les atrae somos los dos una opción posible. –¿Qué lo decidió a dejar el consultorio y volcarse a los medios, a los teatros y a los libros? –Nunca dejé el consultorio. Sigo atendiendo porque la clínica es mi pasión como analista. Simplemente le sumé la posibilidad de encontrarme con la gente a pensar juntos. También en mis libros de difusión sostengo ese intento, aunque abierto ya al campo de la ficción. –¿Qué le devuelve la gente en esos encuentros? –Hay oradores a los que les agrada que la gente se lleve respuestas de sus conferencias. A mí, por el contrario, me emociona cuando alguien me dice que se lleva una o dos preguntas que no tenía antes, que conmoví alguna certeza. Después de todo, ése es el espacio que nos gusta generar a los analistas y yo, aunque hable en teatros o a través de los libros, no dejo de serlo. –¿Qué datos son los que lo inspiran para cada encuentro: la actualidad, lo que surge de tu consultorio? –Trato de escapar un poco a la actualidad, al menos a la actualidad política. Porque no soy politólogo, ni sociólogo. Soy psicoanalista y sólo sé de lo que sé. Si hablara de actualidad no estaría pensando sino opinando. Y creo que después de tantos años sin poder opinar, cuando llegó la democracia, se idealizó el valor de la opinión hasta el punto tal que corremos el riesgo de que la opinión reemplace al pensamiento. Prefiero hablar de esas cosas que exceden al paso del tiempo. Llegará probablemente un día en el que todos los políticos, nosotros mismos y el valor del dólar sean apenas un recuerdo, sin embargo jamás dejaremos de preocuparnos por los asuntos del amor y la muerte.

El psicólogo y escritor visitará Roca, Cinco Saltos y Neuquén.

Verónica Bonacchi vbonacchi@rionegro.com.ar


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