Gallardo, entre el dolor y la bronca

Puede haber sido sólo un susto. También una falsa alarma. O tal vez el amor propio de Marcelo Gallardo le ganó al dolor. El «Muñeco» se había retirado de la práctica de fútbol del lunes con una fuerte molestia en la rodilla derecha, luego de haber jugado apenas cuatro minutos. Se hablaba de un período de recuperación de entre diez y quince días…

Pero ayer a la mañana se entrenó a la par de sus compañeros, como si nada hubiese pasado. Al finalizar, el jugador evitó a los periodistas y sólo comentó al pasar: «Escriban lo que quieran», con claras muestras de fastidio por las informaciones que salieron en todos los medios ayer por la mañana.

En tanto, el médico de River, Luis Seveso, explicó: «Tuvo un traumatismo en un tobillo que le produjo una pequeña molestia en la zona de la rodilla. Salió, pero ahora se entrenó normalmente».

Ayer sí hubo palabra oficial. El lunes Seveso evitó hablar del tema con el argumento de que primero quería revisar al jugador y el único que había reconocido la lesión fue José María Aguilar. «En principio es algo leve, y lo digo tocando madera», fueron las palabras del presidente de River.

Ayer al mediodía, luego de la práctica en el predio de Ezeiza, el médico comentó que «nosotros el lunes no teníamos noticias porque estábamos divididos en dos grupos y yo estaba en River. Nadie quiso informar nada en forma oficial hasta verlo. Al presidente se le transmitió que el jugador había tenido una molestia en la rodilla y eso fue lo que expresó. Fue lo que vio el médico que lo revisó acá (Pedro Hanisch), una cosa leve que se magnificó de una forma impresionante. Hace un rato jugó al fútbol y si Astrada lo necesita el viernes para enfrentar a Central en Rosario podría jugar».

Es un caso extraño, ya que en cuestión de horas cambió totalmente el panorama. ¿Qué pasó? El médico asegura que la molestia del lunes no tiene relación con la distensión del ligamento lateral interno de la rodilla derecha que arrastra desde agosto del 2003, cuando se lesionó el día de su vuelta a River.

Sin embargo, varias fuentes afirman lo contrario. Incluso, los movimientos de Gallardo en el entrenamiento de ayer delatan que no está en su plenitud y que esa molestia en el ligamento no desaparece.