Ganancias: números que no terminan de convencer

El gobierno indicó que el costo fiscal superaba los $ 49.000 millones. Sin embargo, no computó 150.000 nuevos contribuyentes.

ECONOMÍA NACIONAL

En la era de las comunicaciones y de las redes sociales, la forma en que se comunican las medidas de gobierno, ha pasado a ser casi tan importantes como las cuestiones de fondo del anuncio.

Satisfacción fue la primera reacción de una gran parte de los asalariados, al conocer la actualización del mínimo no imponible (MNI) del impuesto ganancias. La medida parecía atender un viejo reclamo de los sindicatos y cumplir una de las promesas de Macri en campaña.

Pero las dudas que el propio Director de Afip Alberto Abad mostró a la hora de explicar la letra chica de los anuncios en conferencia de prensa, y la certeza de que las escalas progresivas del impuesto no serán revisadas este año, generaron con el correr de los días, un sinnúmero de interpretaciones de parte de los especialistas.

Los primeros datos oficiales, daban cuenta de que en la actualidad 1.300.000 trabajadores registrados son alcanzados por el tributo, y que 180.000 dejarían de estarlo luego de los anuncios.

Según Abad, el costo fiscal de la medida alcanza los $49.000 millones. Un reciente informe de la consultora Economía & Regiones (E&R), explica de qué forma se distribuye el monto que el estado dejaría de percibir por ganancias. Sucede que el impuesto a las ganancias es un gravamen coparticipable, y una gran porción del costo fiscal, debería ser asumido por el conjunto de las provincias y la Ciudad de Buenos Aires.

La estimación de E&R es que $24.522 millones de los $49.077 millones que costaría la medida, serían aportados por las provincias, de los cuales $23.282 millones corresponden a la baja en la coparticipación y $1.240 millones a la reducción de Aportes del Tesoro nacional (ATN). El resto lo aportaría el Tesoro Nacional por $9.816 millones, la Anses por $13.858 millones , y la Afip por $880 millones.

Si se mide en términos absolutos, la provincia mas afectada sería Buenos Aires, que resignaría $3.229 millones, seguida por Santa Fe que perdería $2.365 millones y Córdoba que dejaría de recibir $2.281 millones. En la región, los cambios en el MNI implicarían un costo cercano a los $1.000 millones: $402 millones resignaría Neuquén y $576 millones Río Negro. Un alto precio a pagar por las comprometidas arcas provinciales, en medio de la discusión por los aumentos salariales.

Dicho esto, cabe preguntarse si los números dados a conocer oficialmente, reflejan el verdadero efecto en las arcas del Estado.

Es que la eliminación del decreto 1242/13, que establecía como parámetro para quedar o no gravado, los ingresos percibidos entre enero y agosto de 2013, provocó que miles de trabajadores que hasta ahora no estaban alcanzados por el impuesto, pasen a estarlo desde enero de este año.

Según la información publicada por el matutino Clarin el último martes, se estima que unos 220.000 trabajadores que no estaban gravados pasaran a estarlo, lo que se suma a unos 110.000 jubilados que tambíen serían alcanzados.

El gobierno salió rapidamente a aclarar que revisaría la situación de los jubilados que sean alcanzados, pero hasta el momento no brindó detalles al respecto.

Es decir, que si los datos referidos fueran correctos, habría 180.000 trabajadores que pasarían a estar excentos, al tiempo que unos 330.000 empezarían a triutar.

Una cuenta sencilla, indica que el difundido “costo fiscal” del anuncio no sería tal, y que en realidad el Estado recibiría más ingresos que antes. No hay forma de estimar linealmente cual sería el monto real en que se incrementaría la recaudación. Lo cierto es que neteando la cantidad de trabajadores que dejan de pagar con aquellos que pasan a estar alcanzados, habría unos 150.000 nuevos contribuyentes.

Otro aspecto determinante, es que al no ser revisadas las escalas este año, muchos contribuyentes que quedarán excentos o que pasarán a pagar menos tras el anuncio , volverán a quedar incluidos en el impuesto o volverán a ser alcanzados por las alícuotas mas altas por los aumentos salariales de 2016.

La discusión paritaria de este año ni siquiera comenzó, y si la misma resulta en incrementos promedio de entre el 25% y el 30%, habría miles de asalariados cuyos haberes volverían a ser gravados. Distintos especialistas señalaron esta semana que hasta antes de los anuncios, el 70% de los contribuyentes gravados por ganancias eran alcanzados por las alícuotas máximas del 31% y 35%. Esa situación mejora tras los anuncios. Pero podría volver a registrarse e incluso a empeorar tras los aumentos salariales de este año.

¿Desconocía el equipo económico el efecto integral de los cambios en el impuesto antes de darlos a conocer? ¿No previeron acaso que miles de jubilados pasarían a estar alcanzados? La sensación que flota en el aire, es que la agenda política apremia, y que ello resulta en un alto grado de improvisación, dando lugar a marchas y contra marchas que atentan contra el objetivo que las propias medidas persiguen.

Redacción Central


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