Ganar lo es todo
River y Boca llegan muy mal y se juegan la vida en 90’.
River (18) y Boca (17) llegarán al superclásico de hoy en el Monumental descascarados como nunca, con el único objetivo de una victoria para anestesiar un presente traumático y con el riesgo de una derrota que podría poner fin a la gestión de sus DT. El partido, que se jugará desde las 19 a cancha llena, ya que las entradas se agotaron el viernes, será dirigido por Héctor Baldassi y tendrá en cancha a varios “históricos”, como Matías Almeyda, Ariel Ortega y JR Riquelme. Para River y Boca los objetivos de título o de ingreso a alguna copa internacional hace tiempo que no aparecen en el horizontes y más allá de la frase común por estos días de que el superclásico no salva el año, todos saben que esa no es toda la verdad. Si un triunfo es al menos anestésico, una derrota los enterrará bien profundo. El mayor golpe de efecto antes del trascendental partido lo dio el presidente Daniel Passarella al dejar sin trabajo a Ángel Cappa y avisó que JJ López, su reemplazante, sólo “sobrevivirá” en el cargo si suma de a tres en el partido de su debut. Claudio Borghi ya amagó tres veces con irse y si el derby es un clic para los mundos de millonarios y xeneizes, una caída podría abrirle definitivamente la puerta de salida. Para colmo, el Bichi sufrió un desgaste impensado con el affaire con Cristian Lucchetti, quien será sustituido por Javier García. Los dos entrenadores decidieron trabajar a puertas cerradas y aunque no confirmaron los equipos, es casi un hecho que harán retoques. Por el lado del local, se producirá el añorado retorno del Pelado Almeyda, un caudillo que estuvo afuera de las canchas la misma cantidad de cotejos que lleva River sin ganar (7). También saltará a escena Ortega, quien en la mente de López tenía un lugar en el banco, pero que irá de media punta porque Diego Bunonatte no se recuperó de un edema en el cuádriceps derecho. En Boca, una discusión con Borghi, que se repitió ayer por la tarde, habría precipitado la salida de Lucchetti, aunque ninguna de las partes dio su versión. Además, el Bichi dispondrá por primera vez de una línea de cuatro defensores “disfrazada”, con la idea de evitar otra caída. Lo que sí se supo a ciencia cierta es que Lucas Viatri, aquejado por una distensión en el sóleo de la pierna izquierda, le dejará su lugar en el ataque a Pablo Mouche, que sólo jugó de titular un partido (0-2 ante All Boys). ¿Román? No está en su mejor condición física, pero será infiltrado y no se perdería el superclásico por nada del mundo. Con este panorama, River y Boca afrontarán los 90’ más importantes del año.
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