Gaudio, Calleri y Chela no se quedan atrás

También avanzaron a la segunda ronda del torneo en el Buenos Aires Lawn Tennis.

Gastón Gaudio no tuvo mayores problemas para superar a Mariano Puerta en la primera ronda.
El día estaba bárbaro para ver tenis. El sol a pleno, excelentes partidos, un marco inmejorable como el del Buenos Aires Lawn Tennis y casi cinco mil espectadores que iban de un lado para el otro.

Uno se sorprendió con el tenis exquisito de Carlos Moyá, el número cuatro del ranking mundial. Un pibe, de no más de diez años, alentó casi hasta la afonía a Agustín Calleri, quien tuvo su revancha ante el chileno Massú.

Y un profe de tenis del interior del país, que llegó con su escuelita de tenis, se quedó preocupado por el primer set de Juan Igancio Chela que ganó, pero apenas conformó.

Por la noche, en la cancha central, nadie se sorprendía con la victoria de Gastón Gaudio.

En las canchas auxiliares, un señor mayor prestaba atención al sonido que emitían las cuerdas en cada derechazo de Fernando González.

En medio de un día ideal de tenis, la bronca de muchos por el retiro del chileno Marcelo Ríos lesionado

La noche se había quedado sin su partido cinco estrellas (Ríos-Kuerten). Pero igual, el Buenos Aires, tuvo gente por todas partes.

Moyá, el máximo preclasificado, ganó pero no gustó. Está en deuda. Apretó el acelerador hasta donde lo necesitó para eliminar a su compatriota David Ferrer por un doble 6-3.

Antes, Calleri, en su significativa victoria ante Massú, jugó por momentos muy bien. Teniendo en cuenta que está bajo la presión de defender los puntos de la final del año anterior es meritoria. Su saque fue irregular y eso lo complicó. Pero terminó festejando por el 6-4, 2-6 y 6-4.

Chela comenzó dubitativo, lento. Sin reacción a la hora de salir hacia los costados. Se vio desbordado por la velocidad del Marcelo Charpentier, quien juega sin presiones y, de hecho, no tenía nada que perder. Igual, el «Flaco» lo sacó a su favor 2-6, 6-3 y 6-1.

El chileno Fernando González, la derecha más potente del circuito. Dudas en el primer set (7-6), consistencia en el segundo parcial (6-3), para eliminar al español David Sánchez, reciente ganador del ATP de Viña del Mar.

En el resto, el ecuatoriano Nicolás Lapentti jugó un gran segundo set para ganarle al italiano Andrea Gaudenzi por 6-4 y 6-1.

El jugador entrenado por Gabriel Markus se deshizo cómodamente del francés Eric Prodon con parciales de 6-3 y 6-2.

Fernando Meligeni, el argentino que juega para Brasil, no tuvo inconvenientes para eliminar a Albert Montañes, de España, por 6-4 y 6-1; mientras que Félix Mantilla superó a Albert Portas por 6-3 y 6-1.

Sobre el final, el «Gato» Gaudio no debió exigirse demasiado ante Mariano Puerta, a quien le ganó por 6-4 y 6-2 para seguir en carrera.

En tanto, Gastón Etlis perdió con el brasileño Flavio Saretta, por 7-6 (7-3) y 6-3.

Antenoche, Guillermo Coria había eliminado al misionero José Acasuso, al que venció por 6-3, 3-6 y 6-2. (AR/DyN)

El encanto de la doble nacionalidad

BUENOS AIRES (DyN) – El tipo ganó 6-4 el primer set y produjo el desbande en las tribunitas del Estadio 2. Hay que aprovechar todo el tiempo de tenis disponible y entonces la mayoría de los espectadores se corre a la principal para ver a Chela con Charpentier.

Uno de los pibes que se va se queja. «Sí, argentino, todo bien, pero mirá que hay países para ir a nacionalizarse y éste fue a elegir Brasil. Es el peor error que podía cometer en su vida».

Mientras el grueso se va, unos pocos llegan para ver el segundo set, que se presume «facilongo». Previsores, suben con diarios para el asiento. Como no hay plateas sino escalones de grande de metal verde, de tanto pisarlos se llenan de polvo de ladrillo y aterrorizan a las minas de pantalones blancos que en la tardecita abundan.

Dentro de la disminuida concurrencia sobresale un grupo de hinchas incondicionales del tipo, unas treinta personas que le festejan todo, hasta si pide una toalla. Cuando su zurdazo suma puntos, dentro de la misma barra la mayoría, argentinos, aplauden, y los menos, brasileños, expresan la misma alegría pero con chiflidos.

Los argentinos, amigos de antes y ex compañeros del tipo, lo llaman Fernando. Los brasileños no se toman tanta confianza, pero demuestran su adhesión. Colgaron una bandera «verdeamarelha» y los pibes llevan camisetas del «scracht». Esta vez, el tipo, habitual cultor de revolcones y corridas espectaculares detrás de pelotas imposibles, es un señorito que juega desde el fondo, esperando el error de un rival.

Con eso gana fácil, 6-1 el segundo, un paseo, levanta el puño izquierdo, se queda con el partido, saluda al grupo que delira. Los argentinos, más cálidos, lo esperan para saludarlo, sacarse fotos o pedirle autógrafos. Los brasileños revolean la bandera, preguntan a qué cancha deben ir a ver a Saretta, pero salen disparados cuando alguien avisa que por detrás de los arbustos cree haber visto pasar a «Guga» Kuerten, siempre primero, lejos, en el ranking de la popularidad.

El tipo, Fernando Meligeni, claro, se pone la toalla al cuello y sale tranquilo, pasea su figura desgarbada y saluda. Evidentemente, se siente en casa, aunque juegue Copa Davis para Brasil.

Un periodista le pregunta si ganó. -Sí-, responde mientras levanta un pulgar y le guiña un ojo «bonaerensemente» luego de vencer al español Albert Montañes 6-4 y 6-1. -¿Cuánto?, le insiste, para algo es periodista. -Cuatro y uno-, responde en una jerga particular.

Se va a bañar. Cuando vuelve, requerido en zona de prensa, ya dejó atrás su ropa de combate, pantalón azul y remera gris descolorida.

Ahora, por las dudas, viste colores patrios. Lompas verdes y remera amarilla. -¿Con quién jugás?-, le preguntan. -Con Gaudio o con Puerta-, responde. Y antes que le pregunten cómo les había ido con ellos, disparó: «Ya nos matamos un par de veces».

«Me vino a la mente la final»

BUENOS AIRES (DyN).- El cordobés Agustín Calleri se sacó una espina. Que dolía. Que lastimaba. La increíble historia de la final que perdió el año pasado en la Copa AT&T con el chileno Nicolás Massú tras desperdiciar dos match point se terminó ayer. Ganó 6-4, 2-6 y 6-4 y confesó: «En el tercer set, cuando estaba ganando 5-4, pero sacaba 15-40 se me pasó aquel partido por la mente. Fueron segundos, pero se me vino a la cabeza», dijo el riocuartense.

Con respecto a lo que viene, apuntó que no le molesta jugar con otros argentinos y en relación con su próximo rival, Juan Ignacio Chela, dijo que «es una suerte que Mariano Monachesi -su entrenador y ex de Chela- lo conozca tanto. Podremos planificar un buen partido».


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