«Gil & Milton»Dos clásicos del Brasil unidos

Los argentinos estamos acostumbrados a que los músicos cada tanto se junten para grabar, algo que siempre, o casi siempre, se agradece. Los brasileños en cambio suelen reunirse más en los escenarios que en los estudios. Por eso no sorprende que la unión en un disco de Gilberto Gil y Milton Nascimento haya sido considerada en el Brasil como el acontecimiento del 2000 en «Gil & Milton», producción que hace poco llegó a la Argentina, editado por WEA.

Hace algo más de cinco años que la idea de juntarse para producir algo juntos comenzó a verse más firme a partir de un viaje que compartieron estos músicos entre Salvador de Bahía y Río de Janeiro, pero recién en diciembre de 1999 dejó de ser un sueño a futuro para transformarse en un trabajo serio, avalado por los cuarenta años de trayectoria de Gilberto y Milton.

Sin los deslumbramientos vocales que ambos mostraron en décadas pasadas, el paso tiempo del tiempo se nota en sus voces, la placa es un poco más tranquila que los discos solistas de estos músicos.

No es un compilado de los mejores temas de cada uno, es un trabajo para el que compusieron la mayoría de las canciones, a las que sumaron su versión de temas de otros compositores como los Beatles, Fito Páez (casi un brasileño más si contamos las numerosas adaptaciones de sus temas realizadas por los artistas de ese país), o Dorival Caymmi.

De la nueva factura surgieron «Sebastián», «Duas sanfonas», «Ponta de Areia», «Bom dia», «Trovoada» –con una interesante conjunción de coros y percusión-, «Lar hospitalar»y «Dinamarca».

De las producciones de otros músicos están «María», de Ary Barroso y Luiz Peixoto, «Yo vengo a ofrecer mi corazón», «Dora», con una introducción sinfónica de cuerdas, de Dorival Caymmi, el tradicional «Xica da Silva» de Jorge Ben y «Baiao da Gora», de Luiz Gonzaga y Herve Cordovil. Con solvencia transforman «Something», el clásico de los Beatles, en un reggae sencillo en el que a Gil por momentos se le quiebra la voz.

Años de experiencia y de transitar escenarios les quitaron la pureza en las voces pero no la esencia.