«Gorosito reconoció que se había equivocado»

Minimizó las declaraciones de su nuevo técnico.

CIPOLLETTI (AC).- Matías Urbano desborda tranquilidad. Con flamantes 23 años, pareciera que sus épocas de púber se esfumaron en los barrios cipoleños, en la fugacidad de una época que le cambió la vida. Despreocupado, le dijo a «Río Negro» que no le importó que Néstor Gorosito lo haya tratado como un desconocido ante los medios. Es más, incrementó la apuesta al señalar que el técnico «reconoció que se había equivocado».

El destino le mostró una sonrisa cómplice. Cuando las negociaciones con varios clubes naufragaban en mares inconclusos, apareció la oportunidad de encallar en el club de Boedo y no lo desperdició. «Estoy muy contento, y a la vez sorprendido. Se que tengo varios delanteros arriba mío -Carreño, el «Lobo» Cordone, Luna-, pero estoy convencido de que voy a tener la oportunidad. Y no la pienso desaprovechar», dispara sumergido en las comodidades de un hotel bonaerense.

Ni el intenso dolor en las piernas por las bravas jornadas doble turno pueden borrar el momento que transita. Aún sabiendo que se habló mucho de su pase a San Lorenzo, y que el mismo Gorosito de entrada le bajó el pulgar implícitamente. «Me da lo mism lo que haya dicho en ese momento. Los dirigentes fueron los que me dieron la oportunidad. Además, se que 'Pipo' terminó reconociendo ante el vicepresidente que se había equivocado, que me conocía y me había visto jugar». Luego se puso en el cuero del entrenador: «lo que pasa es que debe ser jodido para un técnico que le impongan un jugador».

Matías tiene contrato con el azulgrana hasta julio, con opción a compra. Además del día del debut, lo desvela la posibilidad de una futura renovación. «Me encantaría quedarme más tiempo. San Lorenzo es un club grande y es la vidriera que necesita cualquier jugador», aclara.

De vacaciones por Cipolletti recibió ofrecimientos del América de Cali -lo tenía casi cerrado-, Olimpo de Bahía Blanca y mantuvo conversaciones con el «Pato» Fillol para calzarse la camiseta «académica». Claro que sus retinas estaban posadas en el Viejo Continente, precisamente en Galicia. «Tenía todo arreglado con el Racing de Ferrol, de la segunda española. Me tuve que quedar por problemas en el trámite del pasaporte comunitario». De todas formas, las puertas «siguen abiertas allí», replica.

Tiene las cosas más que claras. «Sé que en San Lorenzo voy a ganar menos que en Ecuador -descolló el año pasado-. Lo tomo como una inversión a futuro, como que el bienestar puede llegar más adelante». Un Urbano más maduro, sin lugar a dudas.

Dulce tentación del verano

Está más que agradecido con la dirigencia y el cuerpo técnico albinegro. Fueron quienes le dieron la oportunidad de no perder ritmo mientras esperaba la oportunidad de un nuevo salto al fútbol de elite. Por eso dice: «La verdad es que me dieron ganas de volver. Lo hubiera hecho por el club, por la camiseta».

Matías recordó que durante las semanas que estuvo entrenando en Cipolletti algunos dirigentes, «un poco en joda y un poco en serio», lo tentaban para firmar la repatriada. «Creo que no era el momento. Sé que me volveré a poner la albinegra», ilusiona. Luego pide: «espero que los muchachos hagan una gran campaña, como la pasada».

En San Lorenzo, «me recibieron muy bien, igual que Gorosito. De los que están conocía a Zabaleta -jugaba en el Sub 17 cuando él lo hacía en el Sub 20- y a Astudillo -fue compañero de su hermano en Talleres-«.

El delantero recordará una frase por largo tiempo, la de su representante. «Estaba preocupado porque las negociaciones no se concretaban. Un día Raúl (Delgado) me llamó para tranquilizarme». Y le dijo: «Tranquilo Matías, algo bueno va a salir». Y así fue. Visionario el hombre. (AC)


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