“Gracias, Luis”

Cuando en junio del 82 acercaste la silla al borde de un escenario que pudo ser cualquiera para inmortalizar “Dale gracias” intuí que algo diferente entraba a mi vida. Y así fue. Cómo describir el sinnúmero de momentos, vivencias, alegrías y emociones en las que estuviste omnipresente. Me enamoré con un tema tuyo, arrullé a mis hijos en las noches de insomnio con “Plegaria”, trasnoches de cerveza y Pescado, Jade, Invisible o Socios con quien seguí todo tu insoslayable camino musical, mi amigo del alma Marcelo. Leí Artaud, Rimbaud y Foucault, entre otros, por tu tremenda influencia. Cuando me casé mi mujer entró de la mano de su padre mientras tronaban los acordes de “Fuji”… mi mejor regalo. ¿Cómo expresar el sentimiento de vacío, de orfandad, que siento con tu partida? Nunca lloré tanto por la pérdida de un ser querido como por la tuya, a excepción de cuando partió mi padre. Gracias, Luis, por tanta honestidad intelectual, tanta magia musical, tanto genio artístico, tanto respeto por nosotros en un escenario; por enseñarnos a todos que existe otro camino lejano a la inmediatez de hoy: el de la seriedad, el respeto y el amor por la vocación que uno siente, el no traicionar ni traicionarse nunca. Fuiste un iluminado y el representante más cabal de la sensibilidad y la exquisitez musical que se derramó como néctar por todos los que te seguimos. Tu ida es una pérdida irreparable, un vacío imposible de disimular. El consuelo de dejarnos tu obra es sólo un mínimo alivio. Chau, Luis, y gracias… el cielo está de fiesta pues vuelve uno de sus hijos dilectos. Rodolfo H. Sánchez, DNI 16.816.365 Cipolletti

Rodolfo H. Sánchez, DNI 16.816.365 Cipolletti


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios