Grisham: «Es puro entretenimiento»

Sabe que no escribe para la posteridad. Es primero en ventas aunque lo subestimen.

NUEVA YORK (AP).- Hay algunas cosas que John Grisham dice saber muy bien: hilvanó 15 rechazos antes de que se publicara su primer libro «Tiempo de matar». El año pasado ganó 9 millones de dólares. No se considera precisamente un James Joyce ni un William Faulkner. Es un escritor para entretener.

«No estoy seguro en dónde está la división entre literatura y ficción popular», dice. «Le puedo asegurar que no me tomo con seriedad suficiente como para pensar que estoy escribiendo ficción literaria ni nada que vaya a ser recordado dentro de 50 años. No voy a estar aquí dentro de 50 años; no me importa si me recuerdan o no. Es puro entretenimiento».

Grisham está satisfecho de escribir lo que confía sea «una ficción popular de alta calidad». Pero sea o no así, sus entusiastas se engullen sus libros. A veces incluye alguna cuestión seria en la trama: la pena de muerte en «Cámara de gas», la reforma al sistema de seguros en «Legítima defensa», el desamparo en «Causa justa».

Ahora el entusiasta de la política y ex legislador estatal de Mississippi ha escrito un libro que es más intriga política que novela de suspenso. «The Appeal» (su libro número 21) narra la historia de una empresa química que pierde una demanda de 41 millones de dólares por causar muertes por cáncer y después esencialmente intenta comprar una elección a la Corte Suprema estatal, donde se ventilará la apelación.»Supongo que ahora cada año es un año político… Y me pareció oportuno escribir esta historia», dice el autor.

Grisham, que cumplió 53 años el 8 de febrero y que todavía tiene la figura larguirucha de un atleta que alguna vez soñó con ser beisbolista, es un partidario entusiasta de Hillary Clinton y dice que los republicanos han sido más hábiles que los demócratas. «Pienso que lo que los republicanos han hecho en las elecciones pasadas es brillante, debido a que convencieron a mucha gente que votasen por ellos en

contra de sus propios intereses económicos. Y lo han hecho manipulando hábilmente una serie de cuestiones sociales, principalmente el aborto y los derechos homosexuales y a veces el control de las armas», dice. «Y los republicanos los han usado para asustar a mucha gente a fin de que votase por los candidatos republicanos. Es una hábil manipulación».

 

«Me encanta comprar libros»

 

Ahora pudo distanciarse momentáneamente del vértigo de las elecciones primarias y encuestas para salir de gira y promocionar su nuevo libro, que enseguida se catapultó entre los primeros lugares. Sus libros han vendido 235 millones de ejemplares en el mundo, según su editora Duubleday. Algunos han sido adaptados a películas de éxito con astros de renombre como Denzel Washington, Julia Roberts, Samuel L. Jackson, Tom Cruise y Matt Damon.

Las críticas de «The Appeal» han sido generalmente positivas, aunque algunas pueden reducirse a evaluaciones que se le han hecho antes: buen narrador pero no particularmente buen escritor. «Cuando empiezo a recibir buenas crónicas, me preocupo por las ventas», bromea Grisham, quien asegura ha aprendido a pasarlas por alto. «Es mejor si no leo ninguna», asegura.

Una influencia duradera en su obra es John le Carré, autor de novelas de suspenso celebradas como «El espía que vino del frío», «El honorable colegial» y «Una pequeña ciudad de Alemania». «Sigue siendo mi héroe», asegura Grisham.

Pero no lee demasiado cuando escribe. «Todos deseamos leer buenos libros, y cuando leo alguno de un escritor realmente bueno me descubro imitándolo inadvertidamente.Leo mucho cuando no estoy escribiendo».

Empezó este año con el objetivo de leer toda la obra de John Steinbeck («La uvas de la ira», «Cannery Row»,»La perla»), que fue uno de sus autores favoritos en su juventud. Y acaba de completar un «banquete de Mark Twain».

Otros de los escritores que le gustan a Grisham: David Baldacci, Steve Martini, Pat Conroy y Stephen King. «Empiezo dos, tres libros por semana, y rara vez termino uno. Pero siempre estoy buscando», asegura Grisham. «Me encanta comprar libros. Me encanta colocarlos en los estantes. Tenemos un millón de libros en casa».

Cuando empezó a escribir, dice, seguía «esos pequeños rituales que eran tontos pero importantes». «El despertador sonaba a las 5 y yo saltaba a la ducha. Mi oficina estaba a cinco minutos. Y tenía que estar frente a mi escritorio, con la primera taza de café, un anotador y escribir la primera palabra a las 5.30, cinco días por semana». Su objetivo: escribir una página por día. A veces le toma 10 minutos, a veces una hora. A menudo escribía durante dos horas antes de tener que abocarse a su tarea como abogado, lo que nunca disfrutó demasiado.


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