Grupo de amigos sale a «cazar» hitos fronterizos

Hay 110 mojones en el límite entre Neuquén y Chile. Están en sitios inhóspitos, pero ya alcanzaron 30.

NEUQUÉN (AN).- Un grupo de veinte amigos aventureros inició hace un par de años un particular proyecto: «tocar» los 110 hitos fronterizos ubicados entre Neuquén y la cordillera chilena. Y ya suman 30, con el objetivo de llegar al doble antes de fin de año.

Los hitos no son ni más ni menos que el punto que marca el límite entre Argentina y el país trasandino y los aventureros se agrupan en Travesíasnqn.

«El límite no es tan preciso como alguien pudiera imaginar, así es que para marcar el territorio de cada cual se han emplazados en lugares increíbles, 110 mojones que parecen decir acá termina lo tuyo y empieza lo mío o viceversa», explicó Hernán Cariacedo, uno de los integrantes de Travesíasnqn.

«Ciento diez hitos fronterizos que no son más que una estructura metálica de unos dos metros y medio de alto coronada por una pieza de fundición con las palabras Chile de un lado y Argentina del otro. Seguramente más de uno, que lee esta nota, haya visto algunos de estos hitos al transitar en auto por algún paso internacional como Samoré, Pino Hachado o Icalma», graficó Carracedo.

A la fecha, al cabo de 13 salidas (de a lo sumo 3 días cada una), el grupo ha «tocado» 30 hitos. La mayoría lo hicieron caminando, algunos en bicicleta, un par en auto, en el caso de los que están sobre la ruta en los pasos internacionales mencionados.

«En el futuro seguramente volveremos a usar la bicicleta, quizá necesitaremos kayaks en otros, aunque a la mayoría sigamos llegando a pie», graficó Carracedo.

El grupo está integrado por Guillermo Mauricio, Adrián Arino, Cristian Gatica, Diego González. Chato Sosa, Fernando Rodrífiezo Deoz, José Luis Piñeiro, Pablo Gutiérrez, Ricardo Vesprini y Oscar Salgado, entre otros.

«La idea surgió hace un tiempo y originalmente el plan consistía en visitar estos puntos durante los años 2007 y 2008. Pero la cosa no tardó en presentarse más compleja de lo esperado», continuó.

«El tiempo acotado en cada salida, algunos errores de estrategia, conocimientos técnicos que no teníamos; fueron haciendo que cubrir estos 850 kilómetros aproximados de frontera neuquino-chilena no fuera algo sencillo. Lejos de quitarnos entusiasmo, esto volvió la empresa más interesante aún», añadió.

En su carrera, los «cazadores de hitos» llegaron a cuatro en un solo día aunque hubo jornadas en las que no llegaron a ninguno.

«Hemos caminado una jornada de 11 horas para conseguir sólo uno (el del Portezuelo de Pino Solo). Nos hemos enterrado en la nieve, mojado nosotros y todo el equipo sin lograr más que el que estaba al lado de la ruta, como fue el caso del Paso Samoré en la undécima expedición. Volvimos de una salida con un dedo quebrado por una caída en bici», describió Carracedo.

Recordó que un hito lo vieron desde lejos después de una ardua caminata, pero no pudieron llegar por falta de tiempo.

Lo peor es que «tendremos que volver por él» para cumplir con el objetivo.

Pero peor es un hito que «pretendimos encontrar a las dos de la madrugada en medio de una tormenta de lluvia y truenos».


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