¿Gutiérrez al gobierno-Sapag al poder?

Sin sorpresas en la interna del MPN. El análisis político de Héctor Mauriño.

ANÁLISIS

No hubo sorpresas. La segunda fase del plan de Sapag para imponer un delfín sacado de apuro de la galera se verificó conforme a lo planeado por el gobernador y ese resultado abonó la mayoría de los pronósticos.

Después de la derrota del año pasado frente a Pereyra y del eclipse definitivo de la re-re Sapag, cuya única estrategia consistía en quedarse, no tuvo más remedio que apurar un plan B. Así, salió a inventar un candidato y se reservó para los próximos cinco años el papel de gran árbitro, de hombre que no tiene ningún cargo pero mueve los hilos por detrás. ¿Gutiérrez al gobierno-Sapag al poder?

La dupla elegida -Gutiérrez-Figueroa- recibió su bautismo de fuego en la interna por el partido y se reveló suficientemente apta -además no había otra- para la segunda fase, concretada ayer, consistente en convertirse en la fórmula oficial del MPN.

Para llevar a buen término esta etapa, Sapag se dedicó a pasear por toda la provincia -y por todos los actos, sobre todo las inauguraciones- a sus pupilos, prácticamente desconocidos para cualquiera.

“La fórmula partió con menos de un 30% de conocimiento del electorado, ahora alcanzamos más de un 60, y cuando lleguemos a las elecciones generales estaremos arriba del 95%”, confió un hombre del gobernador.

Sapag también empeñó el aparato del Estado para lograr su objetivo. Lo hizo sin ponerse colorado -faltaba más- porque sabía lo que se jugaba y se juega. Y acaso también porque en su fuero íntimo está arraigada la idea de que le asiste derecho, después de todo es el heredero de los inventores de la criatura.

La derrota de Sobisch y Pereyra habla de la aprensión que ambos provocan en el electorado. Uno porque es una figura del pasado, de un pasado confrontativo y arbitrario que la mayoría prefiere olvidar.

El otro, porque su imagen está ligada a un gremialismo burocrático y agresivo, que espanta a los sectores medios y altos y no termina de convencer a los bajos, porque poco tiene que ver con la política.

Ahora Sapag prepara la tercera fase, no menos ardua que las anteriores. Tiene un candidato cuyo mayor capital es ser su ahijado y contar con el piso del 30% de los votos que atesora el MPN. Enfrente tiene una oposición que difícilmente se ponga de acuerdo para ofrecer un frente común. Eso también cuenta a su favor.

Héctor Mauriño

vasco@rionegro.com.ar


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