Gutiérrez se quedó sin el banquito

Después de un año de gobierno, Omar Gutiérrez reflexiona sobre la profundidad de la frase célebre de Ringo Bonavena. Confiesa que en ocasiones siente lo mismo que describió el boxeador argentino en la recordada expresión “cuando suena la campana, te sacan el banquito y uno se queda solo”.

Gutiérrez mira hacia atrás y considera que recién ahora se recibió de gobernador. Y piensa, además, que ya pagó derecho de piso, lo que a su juicio valida un lugar de reconocimiento y respeto en la sociedad.

El gobernador admite, en privado, que el año que finaliza ha sido difícil de sobrellevar. La lista de desafíos y dificultades se hizo extensa. Gutiérrez fue la cabeza visible de la mudanza de un partido aliado del kirchnerismo hacia un MPN que se movió en sintonía con el macrismo.

Mientras el piloto de la maniobra permaneció escondido y simulando un simbólico respaldo al candidato del Frente para la Victoria Daniel Scioli, Gutiérrez aceitó contactos con el equipo de Mauricio Macri desde antes de conocerse el resultado final de las elecciones. Se podría decir que entre octubre y noviembre del 2015 hubo una convivencia promiscua del MPN entre un poder que se apagaba y otro que emergía.

Este reposicionamiento del partido provincial encolumnó a Gutiérrez junto al nuevo eje de poder en la Argentina y el MPN se involucró, por acción o por silencio, en las políticas de ajuste que provocaron desaceleración de la economía, pérdida del salario real y despidos en sectores del Estado y en el ámbito privado.

Un mal año en la industria petrolera, la locomotora que mueve a la economía de Neuquén, completó ese cuadro de caída contínua. Los pronósticos de superación de la crisis para después del primer semestre no se cumplieron y ya en septiembre último se impusieron miradas más realistas: ese mes se empezó a reconocer, en modo off, que el 2016 era un año perdido.

Producto del nuevo escenario económico, las tensiones locales crecieron con los gremios que agrupan a los trabajadores estatales que subieron el nivel de los reclamos para intentar sostener el valor del salario frente a una inflación que cierra el año por encima del 40%.

El gobernador recurrió a frecuentes reestructuraciones de deuda para aliviar los vencimientos de pago de este año. Pateó la pelota hacia adelante y así consiguió más recursos para enfrentar los mayores gastos derivados del impacto inflacionario. Todo indica que Gutiérrez seguirá por ese camino si los diputados le aprueban el año próximo la emisión de nuevos títulos ideados para seguir en la misma línea.

La política de endeudamiento del MPN se fue imponiendo como tema de debate en la agenda provincial. El gobierno recibió críticas de la oposición, pero también de sectores del macrismo que le pegaron en los tobillos a su propio aliado sin reparar que el gobierno nacional también definió agrandar la deuda de país.

Por estos días el gobernador se encuentra de vacaciones en el exterior. Se fue con “low battery” e intentará volver recargado al promediar la semana próxima. En su ausencia ocurrió la agresión con piedras al vehículo que trasladaba al presidente Mauricio Macri en Villa Traful, un hecho que involucró a manifestantes de ATE y terminó con represión y una causa judicial que quedó en la órbita federal.

Neuquén tiene historia en esta materia. En agosto de 1987, en el acto del centenario de Chos Malal, Sergio Valenzuela le gritó a Raúl Alfonsín “tenemos hambre, queremos comer”, y el expresidente le respondió con otra recordada frase : “A vos no te van tan mal, gordito”. Valenzuela enfrentó una causa por desacato y estuvo diez días preso.

A principios de los 90, una docente alzó el dedo mayor de su mano derecha cuando pasó el expresidente Carlos Menem en el auto presidencial por una calle de la capital. Por aquel insulto gestual, conocido como “fuck you”, la mujer también tuvo un juicio por un delito que ya no figura en el Código Penal.

Omar Gutiérrez considera que después de un año de gestión se recibió de gobernador. También que pagó derecho de piso y tiene reconocimiento.

Neuquén tiene historia con los presidentes. Al incidente con Macri en Traful se suma uno en Chos Malal con Raúl Alfonsín y otro con Menem de una docente.