Habrían pedido una coima de 140.000 pesos

Así surge de la investigación a dos inspectores de la DGI. La Justicia montó un escenario y filmó todo en la firma extorsionada. Un imputado quedó libre y anoche se decidía la situación del otro.

NEUQUEN (AN).- Los dos inspectores de la DGI detenidos el miércoles están acusados de pedir una coima de 140.000 pesos a una empresa de trasporte de Plottier. Uno de ellos quedó en libertad ayer al mediodía, y al cierre de esta edición se resolvía la situación del otro, que al parecer se encuentra más comprometido porque era la voz cantante de la negociación.

Los inspectores, cuyas identidades no fueron suministradas, son contadores que estudiaron juntos y se recibieron hace poco. Sin embargo, rara vez trabajaban en las mismas investigaciones.

Como se informó ayer, la empresa que había sido presionada por los imputados es de Plottier, se dedica al trasporte y su propietaria sería una mujer. Estaba bajo investigación por una presunta evasión de 450.000 pesos, cometida mediante la modalidad de doble facturación.

Fuentes allegadas a la causa explicaron que la propietaria denunció el pedido de coima y se dio intervención al fiscal federal José María Darquier.

Se decidió entonces montar una escena para atrapar a los contadores. El libreto indicaba que la mujer los convocaría por teléfono, simulando haber aceptado las condiciones que le imponían.

Así fue, y el miércoles a la tarde los inspectores se presentaron en la sede de la firma. Lo que no sabían es que para entonces un equipo de filmación oculto registraba todos sus movimientos y la conversación que mantenían con la empresaria. La «negociación» se extendió más de media hora.

Una fuente de la causa explicó que «por la rapidez con que se montó el operativo no pudimos contar con el dinero en efectivo, ya que estaba cerrado el tesoro del banco oficial del cual íbamos a retirar el importe».

Ante esta dificultad se cambió la estrategia. La o las personas que hablaron con ellos (no se precisó este detalle) les dijeron que se habían arrepentido de acceder al pago de la coima porque «no tenemos garantías de que ustedes cumplirán su parte del trato».

Los contadores les trasmitieron la seguridad de que si pagaban la coima no volverían a ser molestados, porque era resorte de ellos disponer sobre ese punto. Uno tuvo un rol más activo en la negociación, y sería el que se encuentra más comprometido.

Los empresarios respondieron que lo pensarían, y cuando los hombres se marchaban los detuvieron. También fueron allanadas la empresa donde ocurrió todo y los domicilios particulares de los imputados.

El jueves, como informó «Río Negro», fueron indagados por el juez federal Guillermo Labate, quien ayer al mediodía dejó en libertad a uno de ellos. La situación del otro se resolvía anoche. Los dos se negaron a declarar.

Fuentes del organismo recaudador indicaron que era raro que los imputados trabajaran juntos. Explicaron que cada inspector tiene a su cargo cuatro o cinco investigaciones, que insumen un promedio de cinco meses en arrojar resultados.

El jefe de la regional Neuquén de la DGI, Guillermo de Rosas, dijo que ambos fueron suspendidos sin goce de haberes.


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