Hace historia
Sebastien Loeb dejó de lado su habitual tranquilidad y festejó como un hincha más esta gran victoria, segunda en Córdoba y cuarta al hilo en el actual Mundial.
Hace historia Sebastien Loeb dejó de lado su habitual tranquilidad y festejó como un hincha más esta gran victoria, segunda en Córdoba y cuarta al hilo en el actual Mundial. CORDOBA (Raúl Bernal, enviado especial) – El francés Sebastien Loeb dio otra muestra de su enorme jerarquía y ratificó puede ser parte de la historia. Otra vez asombró con su estilo de manejo y su enorme efectividad durante una nueva consagración en el Rally de la República Argentina, donde ya sacó chapa de ídolo, algo que sólo se le reservan a los grandes de verdad. Loeb llegó al estadio Olímpico con el auto impecable, a pesar de las tres etapas y los veinte tramos sumamente exigentes. Eso demuestra cómo maneja. No es el más espectacular, pero sin dudas es uno de los más rápidos y el más efectivo que tiene el Mundial de rally. Llegó en busca de su segunda victoria en esta prueba y la cuarta del actual Mundial. Cumplió, y con creces. Y los que pensaron que largar primero o que los neumáticos que utiliza su auto no eran los mejores para estos pisos, se equivocaron. Ni siquiera los problemas que tuvieron el finlandés Marcus Gronholm y el noruego Petter Solberg le quitan brillo al triunfo de Loeb. Se podría decir que es casi imposible andar más rápido por esos caminos, un dato que esclarece por qué es el campeón, y por qué está capacitado para hacer tambalear cualquiera de los récord vigentes en el Mundial. La última etapa fue un trámite para Loeb. Como se esperaba, Solberg hizo el intento de darle caza con su recuperado Subaru, pero enseguida comprendió que era una misión imposible. Sólo le descontó unos segundos. El cierre, en el “templo de fútbol”, fue de otra dimensión. Loeb y Solberg se sacaron chispas, y casi tiran el estadio abajo. El campeón paró frente a las plateas, se subió al auto invencible y al mejor estilo de Schumacher, festejó a los saltos. Fue para destacar el trabajo de Gigi Galli. Metió tercero a su Peugeot 307 del equipo OMV y de esta forma hizo su primer podio. El austríaco Manfred Stohl quedó cuarto y al quinto lugar ascendió Daniel Sordo, mientras que el australiano Chris Atkinson fue sexto. Pérez Companc, único argentino en la división WRC, siguió lejos de la punta, pero su andar regular le dejó el primer punto en el Mundial. Federico Villagra dibujó su primer gran triunfo internacional en el Grupo N-4,donde venció a los trece prioritarios que participan en el Mundial. Notable tarea de Villagra. No fue sorpresa, para nada. Hace años que se transformó en uno de los mejores pilotos argentinos en esta especialidad. De exportación, que es una picardía que no pudo prolongar el proyecto mundialista que encaró el año anterior. El viernes le prestó algo de protagonismo Sebastián Beltrán, pero en la segunda etapa lo recuperó, y el domingo hizo un “paseo” veloz. El podio fue bien argentino. Segundo quedó el riojano Omar Yoma, tras un trabajo estupendo, y tercero el local Claudio Menzi, que logró sortear muchos problemas.
CORDOBA (Raúl Bernal, enviado especial) – El francés Sebastien Loeb dio otra muestra de su enorme jerarquía y ratificó puede ser parte de la historia. Otra vez asombró con su estilo de manejo y su enorme efectividad durante una nueva consagración en el Rally de la República Argentina, donde ya sacó chapa de ídolo, algo que sólo se le reservan a los grandes de verdad. Loeb llegó al estadio Olímpico con el auto impecable, a pesar de las tres etapas y los veinte tramos sumamente exigentes. Eso demuestra cómo maneja. No es el más espectacular, pero sin dudas es uno de los más rápidos y el más efectivo que tiene el Mundial de rally. Llegó en busca de su segunda victoria en esta prueba y la cuarta del actual Mundial. Cumplió, y con creces. Y los que pensaron que largar primero o que los neumáticos que utiliza su auto no eran los mejores para estos pisos, se equivocaron. Ni siquiera los problemas que tuvieron el finlandés Marcus Gronholm y el noruego Petter Solberg le quitan brillo al triunfo de Loeb. Se podría decir que es casi imposible andar más rápido por esos caminos, un dato que esclarece por qué es el campeón, y por qué está capacitado para hacer tambalear cualquiera de los récord vigentes en el Mundial. La última etapa fue un trámite para Loeb. Como se esperaba, Solberg hizo el intento de darle caza con su recuperado Subaru, pero enseguida comprendió que era una misión imposible. Sólo le descontó unos segundos. El cierre, en el “templo de fútbol”, fue de otra dimensión. Loeb y Solberg se sacaron chispas, y casi tiran el estadio abajo. El campeón paró frente a las plateas, se subió al auto invencible y al mejor estilo de Schumacher, festejó a los saltos. Fue para destacar el trabajo de Gigi Galli. Metió tercero a su Peugeot 307 del equipo OMV y de esta forma hizo su primer podio. El austríaco Manfred Stohl quedó cuarto y al quinto lugar ascendió Daniel Sordo, mientras que el australiano Chris Atkinson fue sexto. Pérez Companc, único argentino en la división WRC, siguió lejos de la punta, pero su andar regular le dejó el primer punto en el Mundial. Federico Villagra dibujó su primer gran triunfo internacional en el Grupo N-4,donde venció a los trece prioritarios que participan en el Mundial. Notable tarea de Villagra. No fue sorpresa, para nada. Hace años que se transformó en uno de los mejores pilotos argentinos en esta especialidad. De exportación, que es una picardía que no pudo prolongar el proyecto mundialista que encaró el año anterior. El viernes le prestó algo de protagonismo Sebastián Beltrán, pero en la segunda etapa lo recuperó, y el domingo hizo un “paseo” veloz. El podio fue bien argentino. Segundo quedó el riojano Omar Yoma, tras un trabajo estupendo, y tercero el local Claudio Menzi, que logró sortear muchos problemas.
Hace historia Sebastien Loeb dejó de lado su habitual tranquilidad y festejó como un hincha más esta gran victoria, segunda en Córdoba y cuarta al hilo en el actual Mundial. CORDOBA (Raúl Bernal, enviado especial) - El francés Sebastien Loeb dio otra muestra de su enorme jerarquía y ratificó puede ser parte de la historia. Otra vez asombró con su estilo de manejo y su enorme efectividad durante una nueva consagración en el Rally de la República Argentina, donde ya sacó chapa de ídolo, algo que sólo se le reservan a los grandes de verdad. Loeb llegó al estadio Olímpico con el auto impecable, a pesar de las tres etapas y los veinte tramos sumamente exigentes. Eso demuestra cómo maneja. No es el más espectacular, pero sin dudas es uno de los más rápidos y el más efectivo que tiene el Mundial de rally. Llegó en busca de su segunda victoria en esta prueba y la cuarta del actual Mundial. Cumplió, y con creces. Y los que pensaron que largar primero o que los neumáticos que utiliza su auto no eran los mejores para estos pisos, se equivocaron. Ni siquiera los problemas que tuvieron el finlandés Marcus Gronholm y el noruego Petter Solberg le quitan brillo al triunfo de Loeb. Se podría decir que es casi imposible andar más rápido por esos caminos, un dato que esclarece por qué es el campeón, y por qué está capacitado para hacer tambalear cualquiera de los récord vigentes en el Mundial. La última etapa fue un trámite para Loeb. Como se esperaba, Solberg hizo el intento de darle caza con su recuperado Subaru, pero enseguida comprendió que era una misión imposible. Sólo le descontó unos segundos. El cierre, en el “templo de fútbol”, fue de otra dimensión. Loeb y Solberg se sacaron chispas, y casi tiran el estadio abajo. El campeón paró frente a las plateas, se subió al auto invencible y al mejor estilo de Schumacher, festejó a los saltos. Fue para destacar el trabajo de Gigi Galli. Metió tercero a su Peugeot 307 del equipo OMV y de esta forma hizo su primer podio. El austríaco Manfred Stohl quedó cuarto y al quinto lugar ascendió Daniel Sordo, mientras que el australiano Chris Atkinson fue sexto. Pérez Companc, único argentino en la división WRC, siguió lejos de la punta, pero su andar regular le dejó el primer punto en el Mundial. Federico Villagra dibujó su primer gran triunfo internacional en el Grupo N-4,donde venció a los trece prioritarios que participan en el Mundial. Notable tarea de Villagra. No fue sorpresa, para nada. Hace años que se transformó en uno de los mejores pilotos argentinos en esta especialidad. De exportación, que es una picardía que no pudo prolongar el proyecto mundialista que encaró el año anterior. El viernes le prestó algo de protagonismo Sebastián Beltrán, pero en la segunda etapa lo recuperó, y el domingo hizo un “paseo” veloz. El podio fue bien argentino. Segundo quedó el riojano Omar Yoma, tras un trabajo estupendo, y tercero el local Claudio Menzi, que logró sortear muchos problemas.
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