Hallan uno de los asentamientos más antiguos de la Patagonia

Tiene unos 10.000 años y está cerca de la laguna El Trébol, en Bariloche.

BARILOCHE (enviado especial).- Las luces que perforan el verde bloque de bosques perennes se estacionan en una incandescente bruma que flota sobre la laguna El Trébol. El suelo helado se quiebra al paso del grupo que comienza a encaramarse a la base de un cerro de unos 30 metros, en cuya ladera se erizan arbustos y cipreses obstinados, capaces de agrietar la mismísima roca.

A los pies del cerro, entre los árboles, se adivinan los techos, prolijos y sofisticados del barrio que está frente a la laguna azul que, a las diez de la mañana, parece evaporarse. Es apenas detrás de las líneas de las casas y chalets que el grupo, guiado por el arqueólogo Adam Hajduk, se detiene. Y es justo entre el ramerío de guindos y saucos que aparecen, impactantes, una galería de piedra, la boca de una caverna y una excavación rectangular que se hunde hasta devorarse todas las luces de la espléndida mañana cordillerana.

Hajduk certifica que todo esté en orden, espía por encima de sus anteojos y sonríe amplio.

«Acá comían el asado con cuero… hace más de 10.000 años», suelta con su particular y justificado acento. Hajduk es inglés pero hijo de polacos, criado y nacionalizado en nuestro país.

El científico es investigador del Conicet y una de las voces respetadas de la arqueología argentina. Desde hace tiempo, este gringo puntilloso y dedicado se pone ancho cada vez que llega al sitio arqueológico El Trébol. Allí, Hajduk y su equipo han rescatado y descifrado algunos de los muchos secretos que guardan los primeros habitantes de Patagonia, y es en la cueva que están abriendo donde se encapsulan las llaves de los enigmas.

A cuatro metros del piso, los investigadores encontraron los restos óseos de un mylodon, una suerte de perezoso gigante que se extinguió hace diez mil años. Los huesos estaban literalmente aprisionados entre los carbones de una fogata de alrededor de un metro de diámetro, donde los primitivos habitantes de la caverna lo asaron, con cuero y todo. El hallazgo de las piezas de mylodon (huesos que estaban debajo de la cerda y el cuero) implica revelaciones tan obvias como trascendentes. El bicho de poderosas garras y vigorosos huesos fue alimento de los hombres que vivieron allí. Junto a él había huesos de un ciervo de gran tamaño -tal vez un tercio más que un huemul – y una variada colección de pequeñas osamentas de roedores, guanacos hasta la de un zorro, que también desapareció. Todo bicho que camina va a parar al asador… en ésta y en aquella época y el fiero mylodon no escapó a la regla.

Hajduk establece el fechado de la extinción en 10.000 años, cuando es muy probable que sea mayor. Ese mínimo es igual significativo: en la Patagonia, la datación humana más antigua es de 12.600 años, en la cueva 3 de Los Toldos, en el cañadón de las manos pintadas de Santa Cruz.

-¿Por qué cree que la datación no tiene esa antigüedad?

-En la Pampa Húmeda hay fechados de grandes mamíferos de 8.500 años, así que establecimos un promedio. Pero yo tengo una corazonada… -responde. La corazonada es que el sitio sea tanto más antiguo que los de Santa Cruz. Para ello habrá que esperar, por ahora no hay dinero para afrontar los gastos que implica un fechado. No es sencillo hacer investigaciones en la Argentina. El sitio donde asaban perezosos tiene registros arqueológicos desde la década del 50 y en la parte superior hay figuras pintadas con óxido de hierro ¿acaso de la misma roca? Fue en el lugar donde están esas marcas que se inició la excavación. Sobre la parte más antigua del sitio había capas de ceniza volcánica, otros fogones más recientes y una cantidad de pedazos de instrumentos de piedra, cerámica y herramientas de hueso de los indígenas. El trabajo, que comenzó con la búsqueda del primer barilochense, se ha extendido y recién se ha excavado el 20%. De hecho, el fogón del mylodon está aún parcialmente cubierto. Hajduk y su equipo no lo dicen, pero saben que están tras las huellas de los primeros hombres que pisaron esta parte del planeta.

Rodolfo Chávez rchavez@rionegro.com.ar

Notas asociadas: Con más ganas que medios Un refugio estratégico No se sabe con certeza quién mató al mylodon Infograma: Mylodon, el perezoso acorazado (Hacer click acá)  

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