Hallaron con vida a los pescadores desaparecidos en el golfo
La nave, de sólo 7 metros, resistió el mal tiempo.
SAN ANTONIO OESTE (ASA) – Después de casi 90 horas de navegar a la deriva por el golfo San Matías, la lancha San Francisco de Paola con sus dos tripulantes en perfecto estado de salud, fue encontrada en la medianoche del martes por el buque pesquero «Milonga» y luego remolcada por el Guardacostas de Prefectura Naval Argentina, GC 69 «Río Paraná» hasta el pontón flotante del Puerto de Ultramar.
«Fue un milagro», dijo en la madrugada de ayer el prefecto local Wálter Sergio Nieto, sin ocultar su emoción por la aparición con vida de los dos pescadores que el sábado a las 9 de la mañana zarparon de Puerto Lobos, en el límite entre Río Negro y Chubut. Debido a la rotura del embrague del motor de la lancha, quedaron al garete a merced de los vientos y las corrientes marinas.
Poco antes del amanecer, cerca de las 6, el Guardacostas superó la Punta Villarino, el banco Lobos e ingresó a la Bahía San Antonio. En la zaga, sujeta de un cabo, navegaba aún intacta la lancha que durante cuatro días guareció a Aníbal Rodríguez y José López, los dos pescadores sobrevivientes de esta inédita odisea. Minutos después, el GC 69 amarró junto a los pesqueros del pontón flotante y del sollado salieron los dos hombres, apenas recuperándose del cansancio, el hambre, el frío y el temor sufrido durante estas cuatro jornadas.
«Por momentos tuvimos miedo», aseguró Rodríguez, de 28 años. Y no era para menos. Durante tres noches y cuatro días recorrieron en aguas rionegrinas más de 300 kilómetros completamente al garete, con el motor encendido por momentos pero sólo para cargar la batería, ya que no traccionaba por la rotura del embrague. Con el agua justa, casi nada de alimentos y un pequeño calentador a gas que el lunes se quedó sin carga, sobrevivieron.
La calma, la experiencia y el sentido común les permitieron salir sanos y salvos. Y el azar hizo que cuando las esperanzas de ser encontrados empezaban a alejarse, un buque detectara la luz de su reflector y fuera en su auxilio. «Lo único que no teníamos era equipo de radio, después teníamos dos salvavidas circulares, dos bengalas y dos anclas», explicaron los pescadores luego de ser encontrados. «No hicimos despacho porque Puerto Lobos depende de Madryn y hay que avisar allá para salir ya que ahí no hay destacamento de Prefectura», explicó López tratando de justificar la imprudencia de salir a la pesca en esas condiciones. La fortuna estuvo de su lado. La embarcación, con características especiales para obtener mayor flotabilidad, les permitió superar la tormenta del domingo, de viento, lluvia y granizo.
Desde el domingo a las 11 de la mañana cuando el propietario de la embarcación Julio César Techera denunció el no arribo de la San Francisco de Paola, grupos terrestres, aéreos y acuáticos patrullaron el golfo en busca de los desaparecidos pescadores.
Los primeros cálculos hicieron suponer que la lancha podría haber derivado hacia el sur del golfo, siguiendo las corrientes marinas que en esa zona son muy fuertes -hasta cuatro nudos-. Sin embargo, los vientos la habían llevado hacia el norte, luego de arrimarla varias veces a la costa para luego volver a empujarla mar adentro hasta cruzar el golfo casi de punta a punta.
Cuatro días a la deriva y casi sin comida
La odisea de López y Rodríguez comenzó el sábado a las 9 cuando zarparon de Puerto Lobos, en el paralelo 42, con intenciones de probar la lancha y pescar.
A la tarde, cuando se aprestaban a regresar y a poco más de 5 millas de tierra, el embrague del motor Perkins 4 interno dijo basta. El viento comenzó a acercarlos a la orilla y cerca de las 23 pudieron hacer señas de luces con un reflector.
Desde ese apostadero de lanchas les respondieron con idénticas señales. Pero el viento viró y comenzó llevarlos hacia el norte. Frente a Punta Colorada -cerca de Sierra Grande- arrojaron dos bengalas y nadie les respondió. Allí fondearon con una de sus anclas hasta que la tormenta les cortó el cabo.
A partir de ahí enormes olas azotaron la embarcación de sólo 7 metros de eslora. El hambre -tomaban mate con azúcar que calentaban en un pequeño calentador a gas- y el movimiento del mar los hizo sufrir y el futuro se tornó negro como el cielo. Por fin aplacó y el lunes estaban cruzando el golfo por la zona norte. La orilla oeste se alejó hasta perderse en el horizonte y aparecieron luego las distantes luces del puerto de Ultramar.
A las 23.57 del martes, el buque «Milonga» que salía a pescar divisó un reflector que hacía señales. Todas las embarcaciones del golfo estaban al tanto de la intensa búsqueda y por ello la nave fue en auxilio. Minutos después arribó el Guardacostas que patrullaba a unas 10 millas y la San Francisco de Paola y sus dos tripulantes fueron trasladados al Puerto de Ultramar. (ASA)
Una lancha de gran flotabilidad, a prueba de tormentas
Varios elementos jugaron a favor de los tripulantes de la pequeña lancha. Zarparon en un marco de imprudencia notable, sin equipo de radio, sin avisar a ningún organismo oficial y a bordo de una embarcación de muy reducidas dimensiones.
Sin embargo, fueron encontrados sanos y salvos. En este «final feliz» influyeron las especiales características de la lancha construida sobre un casco de balsa salvavidas que usan los grandes buques en casos de emergencias. Su forma aplanada en la quilla y su especial equilibrio les permite soportar vientos y corrientes sin hacer agua ni dar vuelta de campana, a pesar de no contar, en este caso, con motor para traccionar debido a un desperfecto mecánico. Otro hecho que jugó a favor de ellos fue que el buque Milonga tenía lista su partida al mediodía del martes, pero un inconveniente administrativo obligó a suspender las zarpada hasta la noche.
El problema burocrático en el muelle hizo que el Milonga y la San Francisco de Paola se cruzaran a pocas millas de la boca de la Bahía San Antonio y permitió el rescate con vida de estos afortunados pescadores. (ASA)
SAN ANTONIO OESTE (ASA) - Después de casi 90 horas de navegar a la deriva por el golfo San Matías, la lancha San Francisco de Paola con sus dos tripulantes en perfecto estado de salud, fue encontrada en la medianoche del martes por el buque pesquero "Milonga" y luego remolcada por el Guardacostas de Prefectura Naval Argentina, GC 69 "Río Paraná" hasta el pontón flotante del Puerto de Ultramar.
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