Hallaron manchas de sangre en la casa vacía

Las encontró el personal de Criminalística.

NEUQUEN (AN)- Hay manchas de sangre en el interior de la vivienda de Rioja 924. Los investigadores tratan ahora de establecer si tienen vinculación con el asesinato de Cristian Rebolledo, cuyo cadáver apareció dentro de la cisterna que está en el jardín delantero de la casa. Por ahora siguen sin respuesta las preguntas elementales: quiénes, dónde y por qué lo mataron.

El crimen fue descubierto el lunes, pero se estima que Rebolledo fue ahorcado con cables el 16 de octubre pasado, la última vez que se lo vio con vida.

La policía y la justicia están concentrados en lo que ocurrió ese día, y procuran reconstruir los movimientos de la víctima hasta que su rastro se pierde a la salida de un boliche.

Ayer los investigadores consultados por «Río Negro» se declararon optimistas. «Estamos avanzando, vamos bien encaminados», dijeron. Aunque no quisieron brinda detalles, aseguraron que «en las últimas horas aparecieron varios testigos importantes que nos ayudaron a poner en claro algunas cosas».

Igual corren con desventaja: según la autopsia, a Rebolledo (27 años) lo habrían asesinado el 16 de octubre pero su cadáver recién fue descubierto el lunes pasado, cuando un grupo de obreros sintió mal olor en el jardín delantero de la vivienda de Rioja 924. Abrieron la cisterna y allí encontraron el cuerpo.

Esa casa, como informó ayer «Río Negro», es una de las claves del caso. Está deshabitada desde diciembre del año pasado, pero según los vecinos, algunas personas la utilizaban para dormir. Esos «okupas» desaparecieron en fecha más o menos coincidente con la del crimen, y por eso los están buscando. Podrían ser sospechosos, o simples testigos.

Ayer los expertos del departamento Criminalística volvieron a ingresar a la casa y encontraron manchas de sangre. Algunas, según trascendió, son visibles a simpl vista, pero otras recién aparecieron cuando utilizaron reactivos químicos.

Las fuentes no precisaron si son muchas o pocas, ni tampoco si sirven para hacer un cotejo y corroborar si pertenecen a la víctima o a otra persona.

Los investigadores aún ignoran dónde mataron a Rebolledo. Una hipótesis es que lo hicieron dentro de la casa, pero no es la única. Están buscando elementos que los ayuden a confirmar o descartar esa línea de trabajo.

Además, según la información que circula, el cuerpo de Rebolledo no presentaba golpes y en el interior de la vivienda no hay señales de lucha. O el crimen no ocurrió allí, o la víctima no se resistió. ¿Acaso lo abordaron cuando estaba durmiendo? Quizá por eso el cadáver apareció sin pantalones ni zapatos. Esas prendas siguen sin ser halladas.

Otro aspecto de la investigación apunta a reconstruir los últimos movimientos de Rebolledo. Al parecer ese domingo 16 de octubre lo vieron en un boliche bailable, estuvo con un amigo, pero en un punto su rastro de pierde. ¿Fue en algún momento a la casa de Rioja 924? ¿Alguien lo llevó hasta allí?

Por otro lado, sigue sin esclarecerse el misterio del teléfono celular de Rebolledo. Como informó ayer este diario, le cargaron crédito tres veces entre el 20 y el 23 de octubre cuando, se supone, la víctima ya había muerto. Pero no lo usaron para hacer llamadas. Y alguien, una mujer, lo atendió una vez pero cortó cuando escuchó que preguntaban por Cristian.

El móvil del crimen también sigue en penumbras. A Rebolledo lo ahorcaron con cables que había en la casa. Eso sugiere que no hubo planificación, porque el o los autores ni siquiera tenían un arma.


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