Hasta con menemistas
Desde que Kirchner dejó en claro que en las próximas elecciones se plebiscita su gestión, la foto de los vencedores de la noche del 23 de octubre es motivo de desvelo para el gobierno.
Sin embargo, aun con un triunfo general del oficialismo la interpretación política de esa foto puede ser mucho más compleja de lo imaginado. En algunos distritos el gobierno puede terminar haciendo negocio con el triunfo de otras fuerzas y, por el contrario, en algunas provincias se puede ver perjudicado por una buena performance del justicialismo.
La razón de este cruce residir básicamente en que los objetivos electorales del kirchnerismo no corren en todos los casos paralelos con los del PJ. «El presidente necesita aumentar el número de la tropa leal en el Congreso. Y ese objetivo se puede lograr en algunos casos por dentro del PJ y en otros por afuera», razonan los arquitectos políticos del oficialismo.
En el marco de lo que Kirchner definió como «espíritu frentista», el gobierno reanimó relaciones con ex gobernadores menemistas como el salteño Carlos Romero y el riojano Angel Maza, fomenta alianzas con la UCR en Tierra del Fuego, Catamarca, Corrientes y Mendoza, y busca armar estructuras propias con lazos peronistas en Capital Federal, San Luis y Neuquén.
Además, en algunos distritos mantiene un discreto juego a dos bandas, como en Córdoba y Santa Fe.
En consecuencia, la imagen triunfante que pergeñar Kirchner lo puede encontrar compartiendo crédito con un heterogéneo abanico de personajes. Otra particularidad que se puede presentar en los próximos comicios es que se generalice el formato 2+1 en la disputa por bancas en el Senado.
Este esquema le permitiría al PJ colocar tres senadores por provincia, dos por adentro de la estructura partidaria y uno por afuera, o viceversa.
Según los estudios de los últimos dos años no más de un 35 por ciento de la población reconoce tener una filiación partidaria. Atado a ello, y también como consecuencia de la debacle, en las provincias prevalece ahora más nítidamente un criterio económico a la hora de votar. Es cada vez más difícil mantener poder sin al menos una aceptable administración. En este sentido, las relaciones con Nación son esenciales para conseguir fondos y obras. De allí que haya tantos conversos y disidentes.
El escenario es entonces propicio para la estrategia con la que el Ejecutivo intenta armar la foto del 23 de octubre. No se trata de la construcción de una nueva estructura política, sino de una imagen electoral. Habrá que ver si esa imagen montada resiste después los avatares de la gestión.
(DyN, Jorge Liotti)
Nota asociada: Elecciones 2005: El mapa electoral para los comicios de octubre
Nota asociada: Elecciones 2005: El mapa electoral para los comicios de octubre
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