“Hasta siempre Tomasito, amigo del alma”

“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío”. Cuanta verdad encierran estas palabras. Se fue Tomasito Ibáñez y con él una gran persona, de esas que podés llamar amigo con todas sus letras.

Ese vasco grandote, bonachón y porfiado, además de buena persona, fue un gran dirigente deportivo, así lo demostró en su querido Argentinos del Norte y luego como presidente de la Liga Deportiva Confluencia de Fútbol.

Para Tomasito no existían los “no se puede”, en cualquier emprendimiento que se propusiera hacer para el club era el primero que con sus propias manos se ponía el proyecto al hombro y comenzaba a ejecutarlo.

Era admirable su capacidad de trabajo.

Voy a recordar sólo algunos ejemplos para mostrar el perfil de dirigente y persona que fue Tomasito.

En 1991 comencé a trabajar a su lado en Argentinos del Norte, yo como presidente de la subcomisión de fútbol y él como presidente del club.

Tenía bien claro las cosas que había que hacer para darle otra imagen a la institución y para que se insertara definitivamente en toda la sociedad roquense, y lo logró.

También quería que el estadio de fútbol del barrio Tiro Federal luciera lo mejor posible cada fin de semana, pero para ello había que ponerle césped, luces y tribunas, los recursos no existían, como siempre.

Con sus propias manos e inteligencia hizo el riego por aspersión de la cancha, los demás éramos ayudantes. También con sus propias manos comenzó a tirar el paredón olímpico de la cancha para hacer algo impensado hasta ese momento: una pista de speedway.

Llegó a ser una de las mejores del país, dicho por los propios corredores, el famoso “óvalo rojo”.

Ése era Tomasito, un trabajador incansable.

Por primera vez en la historia un dirigente de Argentinos del Norte llegaba a la presidencia de la Liga Deportiva Confluencia.

Realizó grandes cambios en el funcionamiento de ésta y durante su mandato se modificaron los estatutos de la institución, estableciendo como una de las reformas más importantes una sola reelección del presidente, permitiendo con ello la renovación de dirigentes. Una gran medida democrática, sin ninguna duda.

Tengo grabado en mi mente y en mis retinas aquel domingo 3 de agosto de 1999, cuando Argentinos del Norte se consagró campeón después de 31 años, cuando con el primero que nos cruzamos en un fuerte abrazo y lágrimas fue con Tomasito.

Ese grandote de figura imponente lloraba como un niño ante la consagración de su querido club.

Esta pequeña semblanza ha intentado, en un momento muy especial, el de su partida, contarles a quienes no lo conocieron quién fue Tomasito Ibáñez.

Ese vasco grandote, bonachón, porfiado, trabajador, familiero, se ha ido pero el espacio que ha dejado “no lo podrá llenar la llegada de otro amigo”, como dice la canción.

Hasta siempre Tomasito, amigo del alma. A su familia, que también fue la mía, un profundo abrazo.

Rodolfo Romero

DNI 11.857.903

“Ése era Tomasito, un trabajador incansable. Por primera vez en la historia un dirigente de Argentinos del Norte llegaba a la presidencia de la Liga Confluencia”.

Jorge L. Fernández Avello

DNI 12.862.056

Datos

“Ése era Tomasito, un trabajador incansable. Por primera vez en la historia un dirigente de Argentinos del Norte llegaba a la presidencia de la Liga Confluencia”.

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